Nuestros sentimientos

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Capítulo 12

Rin

El día terminó sin sorpresas, todo fue normal como cada día de trabajo, clientes entraban y salían del spa. Ambas estábamos agotadas pero felices por el éxito que poco a poco nuestro negocio adquiere.

Como Sesshōmaru me lo había prometido me llamó varias veces en el día, muchas más de las que esperaba, incluso no pude responder a varias porque estaba ocupada y optó por dejarme algún mensaje lindo.

14:37
"Hola muñeca, creo que te llame mientras estabas ocupada ¿Sabes? Te extraño mucho, no te imaginas cómo me gustaría estar contigo en estos momentos"

15:08
"Preciosa ¿Aún no te desocupas? Estoy aburrido, no hay mucho que hacer en la oficina, Inuyasha no es tan inútil como parece, pensé que regresaría encontrando un caos pero no fue así, me dan ganas de cederle mi puesto para robarte y escaparnos los dos tan lejos como podamos de todos"

18:30
Rin… lo lamento, creo que te he llamado muchas veces hoy y aunado a los mensajes podría parecerte un enfermo obsesionado pero de verdad, no sé qué rayos me sucede contigo, siento una increíble necesidad de tenerte cerca, no pienso más que en tus besos y me es imposible concentrarme, no creo soportar toda la semana sin ti mi amor"

Mi corazón latía desbocado cuando mi celular sonaba y era una llamada suya o un mensaje, ¿Que si me parecía un loco acosador obsesionado? ¡No, eso nunca! Porque yo me sentía de la misma manera que él, yo también deseaba llamarlo cada cinco minutos pero a diferencia de Sesshōmaru me daba vergüenza molestarlo, su trabajo y el mío son distintos y no me gustaría interrumpirlo en alguna reunión importante.

Kag y yo regresamos tarde esa noche a casa, estábamos agotadisimas, los pies nos dolían y ni siquiera habíamos tenido tiempo de comer debidamente por la tarde. Antes de llegar a casa, pasamos a un restaurante de comida rápida para comprarnos algo.

—No sabes lo cansada que estoy—  Kagome se dejó caer en el sofá cerrando los ojos.
—Estamos igual hermanita, hoy si que tuvimos trabajo, solo espero que valga la pena y Sango la esté pasando bomba allá en Hawaii— me quité los tacones lanzándolos en la zapatera de la entrada, otro día con calma la organizaré como se debe.
—Con el marido que se consiguió te aseguro que apenas y ha salido del hotel, ¿Recuerdas cuando ella aceptó ser su novia? ¡Santo cielo! Todavía recuerdo cuando todos fuimos a acampar, fue traumática esa noche, parecía que la estaba asesinando— comenzó carcajearse por lo que había dicho.
—Ni me lo recuerdes, la pobre estaba súper avergonzada al otro día y nosotras también— no pude evitar contagiarme de la risa de mi hermana.
—Pfff… fue divertido, pero en fin, hay que cenar rápido porque me quiero dar un baño para irme a la cama, por cierto Rin, no se te olvide que mañana a las 9:00 tienes que estar en el consultorio del doctor Yoshida, mamá pasará por ti para acompañarte y después te dejará en el trabajo— se levantó con pereza del sofá y fue a la cocina para tomar dos vasos y llevarlos hasta la mesita de centro de la sala.
—No te preocupes, no se me ha olvidado— contesté sacando de las bolsas plásticas las charolas con Yakisoba y gyozas.
—¿Oye Rin...—
—Mmm...—
—¿El señor Tōga y la madre de Sesshōmaru ya saben lo de ustedes dos?—
—Si, a su padre y a la señora Izayoi se lo dijimos en la fiesta, ella nos felicitó pero a su papá no lo vi muy convencido al principio y su mamá se enteró por ellos dos, esa noche iban a visitar a la señora y al parecer ahí se lo contaron—
—Ya veo… me parece bien que lo sepan— esta vez mi hermana se notaba mucho más tranquila al hablar del tema.
—De hecho su madre llamó a Sesshōmaru ayer, quiere que este fin de semana me lleve a conocerla— estaba tan concentrada en mi comida que no noté la expresión de sorpresa en su rostro.
—¡¿La señora Irasue quiere conocerte?!—  me preguntó sorprendida, creo que hasta algo asustada.
—Sí, ¿Qué les pasa con esa señora?, Sesshōmaru estuvo super raro después de esa llamada, prácticamente me ha dicho que no quiere que la conozca— me parecía extraño que hasta Kagome reaccionara de esa manera.
—Bueno es que no es para menos, yo solo la he tratado una vez y la verdad me pareció de lo más pedante, me miraba como un bicho raro e incluso noté que mi suegra se cohíbe mucho cuando está con ella— mi hermana hizo una mueca de disgusto.
—Pero es que si no es este fin de semana será otro día pero tendré que conocer a mi suegra, es inevitable. Lo que me pareció curioso es que se lleve tan bien con el señor Tōga y tu suegra, no debe ser tan mala como crees si ellos que son un amor tienen buena relación con ella—
—Bueno eso es porque...— hizo una pausa y noté que estuvo a punto de decir algo que no debía.
—¿Por qué?— le pregunté muy curiosa
—No, no me hagas caso— intentó levantarse del sillón pero la detuve.
—¡Ah no Kagome! Dime lo que ibas a decir—
—Ay Rin es que le prometí a Inu no contarle a nadie y supongo que a Sesshōmaru tampoco le haría gracia que lo supieras— volvió a sentarse a mi lado y dudo por unos segundos.
—¡Cuéntame por favor! Yo te doy mi palabra de que ninguno de los dos va a enterarse de lo que me digas— acerqué a ella mi dedo meñique en señal de promesa, de esas que nunca se deben romper.
—Esta bien...— se aclaró la garganta y se preparó mentalmente para hablar —Inu me dijo que esto sucedió cuando ellos eran adolescentes, se suponía que un día tanto él como Sesshōmaru irían a una fiesta con sus compañeros de secundaria, un amigo en común los había invitado a su casa, cómo no era aquí en la ciudad pues pasarían todo el fin de semana en ese lugar con su amigo y pues otros compañeros, para no hacerte el cuento largo, resulta que los padres de este chico cancelaron su viaje a no se donde, entonces Inuyasha y mi cuñado regresaron a casa de mis suegros un día antes de lo previsto, no le avisaron a nadie y llegaron ya muy noche a su casa, cuando cruzaron el jardín Sesshōmaru se dió cuenta que el auto de su madre estaba allí, le extrañó demasiado eso porque ya no era una hora prudente para que estuviera en esa casa de visita. Entonces los dos entraron y toda la casa estaba en penumbra, subieron las escaleras y antes de que cada uno entrará a su habitación se escucharon ruidos en la habitación de su padre, pero no eran solo las voces de mis suegros sino que también la voz de Irasue se escuchaba, Inu y mi cuñado, muy curiosos se acercaron hasta la puerta y no sé qué rayos pensaba Sesshōmaru pero abrió de pronto y...—
—¡¿Y qué?!—
—Estaban el señor Tōga, con mi suegra y con tu suegra… Mmm pues… estaban ya sabes… teniendo sexo, los tres— su cara se puso roja cuando termino de contarme y aunque quisiera evitarlo comenzó a reír un poco.
—¡¿Cómo?!— aparte de acalorada me sentía tan sorprendida que casi me ahogo con la gyoza que acababa de meterme a la boca.
—Como lo oyes hermanita, y no era un evento fortuito porque Inu dice que se puso a recordar cuando eran más pequeños y siempre se comportaban sospechosos cuando la señora Irasue iba a "visitar" a Sesshōmaru, dice que ahora ya sabe porque mi suegro besaba algunas veces a la madre de mi cuñado estando Izayoi ahí, pero como eran pequeños pues no le daban importancia, cuando se vieron descubiertos esa noche, sus encuentros ya no se llevaban a cabo en esa casa sino en la de Irasue y es obvio que lo siguen haciendo porque cuando van no regresan en toda la noche—
—No puedo creerlo, la verdad es que el señor Tōga es demasiado sexy para su edad y bueno la madre de Inu es tan joven y es hermosa, me imagino que la señora Irasue también lo es— intentaba no pensar en eso pero de ahora en adelante me será difícil verlos a la cara.
—Irasue es hermosísima Rin, Sesshōmaru se parece más a ella que a su padre y, por increíble que parezca, la señora luce más joven que mi suegra, si lo pienso bien, la verdad es que me daría asco si habláramos de un anciano y dos mujeres arrugadas, pero sinceramente los tres son muy atractivos— Kag se levantó para comenzar a limpiar la mesa —Bueno, ahora ya lo sabes, es hora de darnos una ducha y dormir—
—Sí, mañana será un día bastante largo—

Un seductor enamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora