The Trip Of My Life /Tom Holland /TERMINADA/

Capítulo 32

Escucho build a Bitch de Bella Poarch mientras Gabriel y yo limpiamos por encima la casa, la música está a todo volumen, mi primo está en la planta de abajo y yo en la de arriba, junto con la música. He escuchado a mi primo pedirme unas cinco veces que baje la música, pero me niego, así que lo ignoro.

Canto el estribillo cuando escucho la música más baja, me giro para ver la torre de música y veo a Gabriel tocándola. -¡¿Qué te crees que haces?!- le grito, él parece cansado, desde lo ocurrido hace dos días, no le he vuelto a hablar, he hecho como si no existiera, estos últimos dos días los he pasado prácticamente con Leo de fiesta. He evitado en todo momento tener una conversación con él, pero no creo que pueda evitarlo por más tiempo. -Bajo la música, me molesta que esté tan alta- habla desganado. -Tú me cansas a mí y no me quejo- abre los ojos y ríe sarcásticamente, aquí vamos. -¿Tú te escuchas? me has evitado estos últimos días, te vas con esa tal Leo todo el tiempo, ni me hablas- parece dolido -Pues sí, y te lo has buscado tú, sigo enfadada contigo, me dejaste plantada en un lugar que no conozco bien, estás loco, unos hombre me persiguieron imbécil, tuve que llamar a Tom para que se hiciera pasar por mi padre y que me veía, tuve que llamar a Leo para que me viniese a buscar-

-N-no sabía esa parte, pues... de verdad lo siento, pensé que llegaste sin problemas- agacha la cabeza y mira el suelo esperando mis disculpas. -¿Por qué mierdas te fuiste así?-

-Uff...- se pasa las manos por la cara y resopla. -Fue una estupidez, joder lo siento Judith, no pensé claro. Vi una foto de Diana en instagram, estaba con otro chico y... no pude soportarlo, me dolió- De verdad que quiero mosquearme con él, y mucho pero... ¿QUÉ?

-¿Cómo, te gusta Diana?- él asiente, le doy con un cojín en la cabeza y parece sonreír. -Sé que es una tontería, perdóname Jud- nunca me ha llamado Jud, pero me gusta, sé que se siente mal de verdad, es mi primo y todos cometemos errores. -Te perdono idiota, pero ahora mismo nos vamos a comer fuera, tú invitas, y me vas a contar todo sobre lo de Diana, que callado te lo tenías primito...- le doy un codazo y le sonrío. -pero... ¿y la limpieza?- pregunta señalándome un montón con ropa para lavar, me encojo de hombros y le sonrío, él ríe y sale hacia su habitación.

***

-Bueno, dime, ¿dónde quieres ir?- me pregunta mirándome fijamente, ya estamos montados en taxi y la conductora nos mira impaciente. -Me da igual- observo mi móvil, me ha llegado una notificación de instagram y presiento que es de Tom, pero no se me actualiza, no me llega el internet. - al restaurante Thai On Thames, por favor, ¿sabe dónde se encuentra?-mi primo que elige por sí mismo, pregunta, y la mujer parece mirarlo molesta. -¡Por supuesto, soy taxista en Londres, me sé Londres como la palma de mi mano!- ambos nos miramos y reímos. Eso es cierto, en mis clases de inglés, cuando estaba en primero de secundaria, mi profesor favorito nos contó muchas curiosidades de Londres, como que los taxistas de Londres se saben todos los caminos y lugares perfectamente, es por eso que hay una prueba científica que cuenta que los taxistas de Londres tienen más desarrollada una parte del cerebro más que el resto, es impresionante.

-¡En marcha!- la mujer comienza a conducir por aquella ciudad, introduciéndonos un poco más en ella contándonos anécdotas e historias. Nos recomendó lugares a donde ir, como La Biblioteca Británica en el caso de que nos gustara leer, la Catedral de St. Paul... Nos contó una leyenda llamada Bleeding Heart Yard (el patio del corazón sangrante) es el lugar de Londres del que se cuentan una de las leyendas más macabras. Cuentan que una mujer llamada Lazy Elizabeth Hatton hizo un pacto con el diablo para conseguir riqueza, poder y una mansión. En la fiesta de inauguración de su casa en 1626, cometió el error de bailar con el diablo, que la hizo desaparecer. Lo único que encontraron al día siguiente fue un corazón sangrante en la calle. Nos cuenta la mujer taxista llamada Evelyn. -Los historiadores cuentan que la leyenda Hatton es solo un invento, pero... solo son unos aguafiestas, ¡es más interesante pensar que ocurrió realmente o que está en duda!- nos cuenta la taxista haciendo que dudemos si saltar con el coche en marcha.