CONSECUENCIAS

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Las personas están sujetas a cambios, ya sea para bien o para mal, y estos cambios pueden ser impulsados por una variedad de factores. Sin embargo, es importante reconocer que las acciones y elecciones que tomamos en el pasado tienen un impacto significativo en nuestro futuro. Cada acción, sea positiva o negativa, conlleva sus propias consecuencias, y a menudo estas repercusiones no solo afectan a la persona que las lleva a cabo, sino también a aquellos que están más cerca de ella, aquellos que más le importan.

Las decisiones que tomamos pueden resonar en el tejido mismo de nuestras vidas y relaciones, tejido que se entrelaza con los destinos de quienes nos rodean. Es un recordatorio poderoso de la interconexión de la humanidad, de cómo nuestras elecciones individuales pueden tener un efecto dominó que se extiende mucho más allá de nuestro propio ser. Por lo tanto, es fundamental ser conscientes de nuestras acciones y considerar cuidadosamente las repercusiones que pueden tener en el futuro, tanto para nosotros mismos como para aquellos que nos rodean.

Luciel, conocido en épocas pasadas como un titán entre los demonios, resonaba en los oscuros recovecos del cielo y el infierno como una figura temida y respetada. Entre los primeros en caer junto a Lucifer, Leviatán, Belcebú y Asmodeus, su sed de poder y ansias de dominio lo habían convertido en un símbolo de la maldad desatada. Sin embargo, como en los cuentos más inesperados, su destino tomó un giro inesperado cuando una luz, una mujer, irrumpió en su vida.

Esta transformación no solo afectó su propio ser, sino que repercutió profundamente en la antigua guerra entre facciones que había desgarrado la realidad desde tiempos inmemoriales. En este conflicto titánico, donde demonios, ángeles caídos y las huestes celestiales se enfrentaban en una danza de destrucción y redención, Luciel poseía un arma legendaria: un artefacto divino robado, capaz de cambiar el curso de la historia en favor de los suyos.

Pero el día que decidió abandonar su bando y huir con Haniel, su luz, todo cambió. Por ella, renunció a su legado de oscuridad, y ella, a su propia naturaleza celestial, castigada por la caída en el pecado para estar a su lado. Juntos, desafiaron a las jerarquías divinas y demoníacas, y se adentraron en el mundo humano en busca de paz y redención.

En un rincón apartado de este mundo, encontraron su refugio. Una cabaña de dos pisos, envuelta por la belleza de la naturaleza, se convirtió en su santuario. Allí, su amor floreció y dio fruto en la forma de un pequeño niño, un ser que heredó lo mejor de ambos padres: los rasgos fieros y la determinación de Luciel, combinados con la gracia y la pureza de Haniel.

A pesar de la calma que parecía reinar en su hogar, Luciel sabía que no podían escapar del pasado. Las sombras de sus vidas anteriores se alzaban como espectros, recordándoles que incluso en el más apacible de los paraísos, los demonios del pasado siempre acechan. Sin embargo, con Haniel a su lado y su hijo como testigo de su nueva vida, estaban dispuestos a enfrentar cualquier desafío que el destino les deparara.


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LUCIFERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora