EL DRAGÓN EMPERADOR ROJO

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_Antes de iniciar con el capítulo, quiero agradecer a los apoyan y leen este fic, así como a los que votan y comentan espero este capítulo sea de su agrado, se aceptan sugerencias y criticas

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_Antes de iniciar con el capítulo, quiero agradecer a los apoyan y leen este fic, así como a los que votan y comentan espero este capítulo sea de su agrado, se aceptan sugerencias y criticas...Sin perder más el tiempo iniciamos con el capítulo. ________________________________________

Leviathan, su semblante lleno de terror, observaba con horror cómo su compañero era eliminado con espantosa facilidad. Serafall, tapando su boca en un gesto de pavor, no podía apartar la vista de la escena, mientras Gabriel y Penemune permanecían petrificadas por lo que presenciaban.

Cegado por la furia, Leviathan lanzó una serie de serpientes en un intento desesperado por atacar, pero antes de que pudieran alcanzar su objetivo, estas fueron cortadas en el aire como si fueran papel. Con un grito cargado de ira, Leviathan amenazó con venganza. "Infeliz, pagarás por esto. Esto no quedará sin represalias", sentenció, con la intención evidente de huir y buscar ayuda de Belcebú y Lucifer. Pero esa opción se desvaneció rápidamente.

Issei volvió a apuntar hacia el mahou, cuyas alas ya estaban heridas y una de ellas fue cruelmente cercenada, haciendo que el mahou se desplomara al suelo, incapaz de volar. A pesar del dolor abrumador, el mahou intentaba escapar arrastrándose, pero su cazador estaba decidido a atraparlo.

Tanto Penemune como Gabriel intentaron detener a Issei, aferrándose a sus brazos. "Por favor, no lo hagas", rogó Gabriel, con lágrimas brotando de sus ojos. Pero el castaño se liberó con una facilidad asombrosa y se colocó detrás de Leviathan, quien se había puesto en pie solo para caer nuevamente, esta vez al perder una de sus piernas.

"Arrástrate como la serpiente que eres", espetó Issei con desprecio. El mahou lo miró, sus ojos suplicantes reflejaban un miedo palpable y desesperado.

El mahou, temblando de miedo y con lágrimas surcando su rostro, rogaba por su vida mientras se arrastraba en el suelo. Pero sus súplicas cayeron en oídos sordos, ya que Issei, con una leve sonrisa oculta tras su máscara, se acercó lentamente y lo levantó del suelo, agarrándolo por la camisa con firmeza.

"Ustedes tienen la noción de que el más fuerte debe vivir y gobernar. Lamentablemente, ninguno de ustedes es digno de vivir. Yo soy el más fuerte ahora, y yo decido quién vive y quién muere", fueron las fulminantes palabras de Issei. Sin vacilar, comenzó a generar miles de cortes en el torso de Leviathan, cada corte un estallido de dolor que hacía que la sangre salpicara en todas direcciones.

Leviathan, incapaz de contener sus gritos de agonía, se retorcía en manos de su captor mientras la sangre brotaba profusamente de sus heridas, formando un macabro cuadro escarlata en el suelo del bosque. El horror y la desesperación se reflejaban en sus ojos mientras el castaño continuaba con su implacable ataque, sin mostrar ni un ápice de misericordia.

El cuerpo del mahou cayó con un estruendo sordo, sus heridas abiertas desgarraban la piel y la carne, dejando una estela de horror a su paso. Issei, con una calma inquietante, levantó una pequeña llama negra que apuntaba directamente hacia los cadáveres de los mahous. Un destello oscuro llenó el aire cuando las llamas negras los consumieron, dejando solo cenizas y silencio en su estela.

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