PRETTY SAVAGE || Lee SuHo

ˢᵉⁱˢ: ᴘʀᴇᴛᴛʏ sᴀᴠᴀɢᴇ

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- Hola, Bienvenido -salude al escuchar el sonido que hace la puerta al abrirla.

Me mantuve sería al ver la persona que había entrado y disimule como si no lo conociera, después de cinco minutos de estar fingiendo que hacía algo. Se acercó al mostrador y dejó las cosas encima de este. Tomé los productos para registrar la compra.

-Serían 60 wons, por favor. -me paso una tarjeta -Gracias.

Pase la tarjeta y puse un código que siempre me ponía, de poco a poco fue saliendo el ticket y le devolví el ticket.

-Aquí esta, gracias por su compra. -me despedí pero no se movió de su lugar poniéndome más nerviosa.

-¿Cuánto tiempo más vas a fingir no conocerme?

-¿Eh?

-Levanta la mirada -lo hice -Me conoces y yo, a ti.

-Te equivocas de chica, amigo. -dije con voz ronca.

-Tú jueguito de cambiador de voz, no me sirven -se inclino -Lia, ¿a que hora termina tu turno?

-A la una de la madrugada, ¿Por qué?

-Por nada.

Tomó su bolsa y salió de la tienda, solté el aire que está deteniendo. Me fije en mi celular que hora es, y faltaban dos horas y media para que termine mi turno. Durante todo esa hora, leí revistas y cobraba lo que varias personas agarraban.

Justo a la una, mi compañera de cambio llegó. Me quite el chaleco característico de una tienda departamental, me despedí de ella y me acerque a la puerta, antes de abrirla vi a SuHo, sentado en la silla casi dormido en ella.

Abrí la puerta y salí del local, me acerque a él rápido, estaba temblando.

-¿SuHo? Despierta.

-No quiero, tengo frío -cruzó sus brazos sobre su pecho y se acomodó sobre la silla.

Agarré su mano, deshaciendo su cruce de brazos y lo jale, haciendo que se pare de la silla y se recargue en mi. Con la otra mano agarre, la bolsa que traía con el y empezamos a caminar.

-SuHo, ¿Dónde vives?

-¿Por qué?

-No puedo llevarte a mi casa. Así que necesito llevarte a la tuya.

Asintió perdido y me indicó donde era, ya nos íbamos a acercar y allí me di cuenta, que SuHo tenía fiebre por lo que me apure en llegar.
Al ya estar en su departamento, después de fallidos intentos de que me dé su contraseña y de quitar sus zapatillas. Lo dejé en su cama cobijado y me dirigí a su cocina por un trapo.

(.......)

Quite el trapo de su frente y me pare de la cama dejando lo que había ocupado, limpio de nuevo. Me acerque a su cama para agarrar mi mochila pero sentí una mano en mi muñeca.