PRETTY SAVAGE || Lee SuHo

ᵈⁱᵉᶜⁱˢᵉⁱˢ: ᴘʀᴇᴛᴛʏ sᴀᴠᴀɢᴇ

Movía mis pies de arriba a abajo mientras miraba a un punto fijo de cualquier lugar de la sala, evitando las miradas de SuHo, Jugy, SeoJun y de mi madre. Al entrar a la casa los visitantes se quedaron viéndome con alivio pero al mismo tiempo con su ceño fruncido que pasaba sus miradas de mí y a los peluches al suelo, que algún punto patee uno como si lo fuera a desaparecer con solo hacer esa acción.

—¿Dónde estabas?—Pregunto mi mamá con los brazos cruzados.

—Fui a jugar.

—Se más especifica.—Pidió SuHo sin cambiar su expresión.

—¡No es mi culpa!—Me adelante en hablar—Fue culpa de tu prometido.

—¿Jack?—ahora pregunto mi madre.

—Si, me dijo que era una emergencia pero...el lado bueno es de que aviso a la escuela, así que no hay problema con ello.—dije sonriendo.

—No pero hay un nuevo problema —Dijo para pararse e irse.

Me dejo sola con mis amigos que no quitaban su vista de mi, me paré y traje tres peluches.

—Son para ustedes, ahora cambien su expresión.

—Eish~ niña irresponsable.—Dijo mientras miraba al peluche, SeoJun.

—Nos preocupaste mucho cuando no te vimos en la escuela—dijo Jugy—Pensamos lo peor.

—Lo siento, lo hice sin pensar a mi alrededor—baje la cabeza.

—No se te ocurra volverlo hacer, niña—se paró —Nosotros nos vamos, me alegro que estés bien pero para la otra te buscaré y te traeré de la oreja.

Levante mis manos a los lados de mi cabeza, SeoJun tomó de la mano a Jugy y se la llevo mientras que esta se despedía con su mano y una sonrisa en sus labios, ahí fue cuando caí que me había quedado sola con SuHo.

—SuHo, yo lo siento mucho..—Avance hacia el—No quería asustar a nadie.

Fijo su mirada en la mía pensando que me regañaría pero fue todo lo contrario, me abrazo tomándome por sorpresa pero solté un suspiro entrecortado para devolverle el abrazo.

—Avísame cada que desaparezcas de esa manera—escuche su voz ahogada por el abrazo—Pensé que te había hecho algo.

—Pero me encuentro bien.—dije subiendo y bajando el dorso de mi mano contra su espalda.

—Lo sé y eso me alivia —se separó de mi —Estuve apunto de llamar a emergencias al no encontrarte.

—¿No es muy exagerado?

—Oye, yo no fui quien desapareció como si nada— me miró con reproche.

—Yah ~ por algo tengo celular.

—Y aunque lo tengas, no lo contestas—lo mire sin entender y encendí mi celular encontrando con varias llamadas perdidas y mensajes.

—Estaba en silencio —murmuré avergonzada.

Nos quedamos en silencio por varios segundo hasta que sacó algo de su bolsillo.

—Te lo iba a dar hoy pero pasó todo esto—abrió un poco su mano dejando caer una cadena junto con su dije que contenía una ruego y en el centro un corazón con una piedra.

—SuHo, es hermoso.—lo tome entre mis manos.

—Quieres que te mostré algo—asentí—Espera.

Se paró del sofá y se dirigió a interruptor para apagar las luces.

—Oye, ve tranquilo vaquero—dije burlona.

—Si quisiese eso, estaría la luz prendida—contraatacó.

Agradecí que las luces estuviesen apagadas o de lo contrario vería mi rojo intenso en la cara. Volvió a sentarse a mi lado, sacando su celular y prendiendo la lámpara de este.

—Dame el collar.

Se lo di, lo siguiente que hizo me dejó con lágrimas en los ojos. La luz al pegar con la piedra salí una frase que decía: "Te quiero Lia" en diferentes idiomas, estiré mi mano prendiendo la lámpara de a lado dejando ver a SuHo que me miraba nervioso,

—Gracias, yo...Me encanto —lo abracé pero al separarme le di un beso pequeño en los labios.

Pero no conforme agarro la parte trasera de mi cuello y me acerco a sus labios chocándolos pero algo nos interrumpió.

—¿Son novios?—pregunto detrás nuestro.— Mala impresión están dándome.

—Ma'

—Señora, no quería dar esta imagen—Se paró rápido para hacer una inclinación a mi mamá de forma de disculpa.

—Solo háganlo en privado, cualquiera puede entrar—Se dirigió a la cocina.

—Ya me tengo que ir.

Lo acompañe hasta la puerta.

—Voltéate, te lo pondré.—Hice lo que me pidió y lo ayudé alzando mi cabellera.

—Cuídate mucho y Gracias.

—Te quiero—se acercó.

—Te quiero más —pase mis brazos detrás de su cuello y el fue el primero en acercarse para chocar una vez más nuestros labios.

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