00

7.9K 725 60
                                    

C A P I T U L O ...

Katsuki caminaba a casa con las manos en los bolsillos de su sudadera y la música viajando por sus audífonos, viendo la calle mancharse y agrietarse por cada paso que daba

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Katsuki caminaba a casa con las manos en los bolsillos de su sudadera y la música viajando por sus audífonos, viendo la calle mancharse y agrietarse por cada paso que daba. Hasta que de pronto una pequeña criatura marrón con una correa roja corrió por sus pies hasta poder enredarse en ellos. Miró al cachorro sentarse a gusto sobre la calle gris y mirar al frente.

Donde un chico corría desesperado hasta ellos. Se detuvo una vez llegó frente a Katsuki, sosteniéndose con sus rodillas mientras trataba de recuperar aire. El chico tenía peculiares cabellos verdes, que le quedaban perfectos con el tono crema de su piel; sus mejillas estaban rosadas y pequeñas perlas salían por su frente. Sus labios eran gruesos y estaban entreabiertos, y tenía unos enormes ojos verdes.

- Lo... Lo siento - dijo, con una voz medio chillona -... Él... Él se escapó cuando yo... Me distraje.

Katsuki no dijo nada, se limitó a mirarlo sin expresión. Sacó un audífono de su oreja y le dedicó un ceño fruncido.

- ¿Y bien? ¿No piensas sacarme de aquí? - dijo, mirando al cachorro echarse sobre el suelo.

El chico asintió rápido, moviéndose tan veloz como podía, teniendo que dar vueltas a su alrededor para poder desenredar la correa de sus piernas. Katsuki lo miró girando, aplanando los labios y teniendo que apartar la vista para no mirar otra cosa. Porque sí, cuando pasaba por sus piernas podía ver lo bien proporcionada que estaba la retaguardia.

El chico acabó, mirándolo con una sonrisa apenada y enredando la correa en su mano, haciendo una inclinación exagerada.

- Lamento las molestias.- Ajá, no hagas eso - miró a los lados, teniendo suerte que sólo un par de vecinos hubiesen visto la escena.

El chico volvió a sonreír, haciendo que sus gigantes ojos verdes brillaran mas junto a sus mejillas sonrojadas.

- Este amigo fue un poco problemático ¿cierto? - miró al cachorro.

¿Por qué no se ha ido? ¿Por qué siguió hablando con él?

- Ajá.

- ¡Oh! - el chico desvió la vista al árbol tras Katsuki, abriendo mucho los ojos de una forma graciosa.

El azabache se giró con el ceño fruncido, mirando en la misma dirección. Un pequeño gatito maullaba asustado, aferrado en una rama alta de aquel manzanero. El chico le tendió la correa a Katsuki, quien la tomó con torpeza y miró al chico más ceñudo que antes.

- ¿Qué crees que haces? ¿Por qué me das esto?

- Voy a bajar al gatito - le dijo obvio.

- Chico, no. Yo no...

No le prestó atención. Se dedicó a acercarse al árbol, subir las mangas de su suéter y sus jeans, frotar sus manos y balancearse en el suelo unos segundos antes de saltar y aferrarse de una rama baja. Escalando con agilidad, como si lo hubiese hecho mil veces antes, hasta llegar al pobre gatito que seguía maullando.

Katsuki lo miró más ceñudo. ¿Por qué tendría que haberse preocupado por ese pulgoso gato? Simplemente no lo entendía. Era un gato, volvería a subir.

- Ya estás - le dijo al gato, colgándose con una mano y dejándose caer de pie. Por suerte el árbol no era tan alto -. Toma.

Le tendió al animal, por lo que Katsuki lo sostuvo confundido, mirándolo extrañado. El chico le quitó la correa, hizo una inclinación y comenzó ha alejarse.

- ¡Oye, niño! ¿A dónde crees que vas? ¿Qué se supone que haré con... - miró al gato gris con manchas blancas como botas -... Esto?

- Cuida de él o encuéntrale un dueño - se encogió de hombros.

Frunció todavía más si era posible. ¿Cuidar de él? No. Nunca.

- No, no puedo hacerlo. Llévatelo.

- Vamos hombre, sólo es una indefensa criatura en un mundo cruel. ¿En serio lo dejarás a su suerte? - lo miró suplicante.

Lo pensó. - Sí.

- Vamos hombre.

- Escucha... Tú... - entrecerró los ojos.

- Izuku, Midoriya Izuku.

- Ajá sí. Midoriya Izuku, no puedo cuidar de él.

- Sí puedes... Tú...

- Bakugo Katsuki.

- Bakugo Katsuki - repitió, con una sonrisa amplia -. Nos vemos amigo, cuida bien de él.

- ¡No, espera! - pero se alejó, dejándolo con una bola de pelos que se había acurrucado en sus brazos.

« Mocoso insolente. »

Empezó a acariciar casi inconscientemente al animal escuchando sus ronroneos mientras miraba al tal Midoriya Izuku alejarse hasta hacerse una mancha gris.

- Míralo... Se cree la gran cosa - chasqueó la lengua -. Es perverso.

Miró el animal unos segundos, antes de empezar a caminar con él en brazos.

Miró el animal unos segundos, antes de empezar a caminar con él en brazos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

@KCXMOON

𝗦𝘄𝗲𝗲𝘁𝗶𝗲 ♡︎♡︎ ᵏᵃᵗˢᵘᵈᵉᵏᵘDonde viven las historias. Descúbrelo ahora