- ¡Suéltame Izuku! - Katsuki gritó golpeando sus muslos intentando bajarle de su espalda, pero el pecoso se había aferrado con sus piernas y brazos - ¡Al menos no muerdas!
Escuchó la risa burlona en su oído y después sintió un par de dientes mordisquear su hombro por sobre la tela de su camiseta; gruñó con molestia y se sacudió cual perro con la intención de hacerle caer, pero era como si en vez de tener a su novio sobre su espalda tuviera una garrapata. Cuando Izuku en serio se proponía algo era persistente e incluso irritante, como en esos momentos donde su única meta era marcar la piel de su novio con mordiscos.
No era inusual, Izuku solía atacarlo para dejarle marcas por todas partes con la excusa de gustar lo suave y nívea que era su piel. No era un secreto que Izuku tuviese algo con dejarle manchones ya sean rojos o violetas, era como si quisiera marcar territorio. Katsuki ya se había acostumbrado, pero igual dolía. De todas maneras solía vengarse dejándole también marcas en sus muslos.
- ¡Quítate de encima, perro pulgoso! - Volvió a sacudirse logrando hacerle caer finalmente sobre la cama.
Se giró a mirarle y de un rápido movimiento se lanzó encima escuchando sus escandalosas risas cuando comenzó a hacerle cosquillas. Deteniéndose cuando los dedos de su novio sujetaron sus mejillas y le obligó a fundir sus labios en un beso lento un poco agitado por haber corrido por todo el departamento intentando bajarle de su cuerpo. Izuku enredó sus brazos en su nuca y tomó fuerza para hacerle girar, colocando sus formadas piernas a los costados de su regazo.
Katsuki dejó descansar sus manos en sus muslos acariciándole como solía hacer, disfrutando del sabor de sus deliciosos belfos moviéndose sincronizados sobre los suyos propios. Cuando finalmente se separaron Izuku miró directamente sus ojos, sonriendo con labios cerrados antes de inclinarse y dejar besitos alrededor de su mejilla, creando un camino hasta detenerse en el lóbulo de su oreja, el cual atrapó entre sus dientes chupándolo un poco también.
- Gatito... - Apenas había pronunciado, pues Katsuki había comenzado a jugar con sus mofletes haciéndole abultar los labios y cerrar los ojos. - Quierwo...
No pudo evitar reír ante lo tremendamente adorable que se veía, apachurrando una vez más sus mejillas para besar sus labios seguidos de sus mofletes, su barbilla y terminar por acariciar sus narices entre sí con suavidad. Izuku sonrió con ojos cerrados, dejando salir suaves risitas risueñas.
- ¿Qué quieres, sweetie? - Katsuki observó su rostro enrojecer de la vergüenza y sus ojos desviarse hacia otra dirección, atrapando su labio inferior entre sus dientes para finalmente esconderse en la curvatura de su hombro. Sintió los labios ajenos tocar su piel sutilmente junto a su respiración un poco agitada por haberse movido tanto.
- ¿Qué pasa? - Volvió a preguntar abrazando su cintura y pegándolo un poco más a su cuerpo. - ¿Qué quieres?
No obtuvo respuesta, pero los besitos tímidos que sintió en su cuello le dijeron todo. Sin poder evitarlo soltó una risa baja, deslizando sus manos por sus muslos para apretarlos un poco.
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𝗦𝘄𝗲𝗲𝘁𝗶𝗲 ♡︎♡︎ ᵏᵃᵗˢᵘᵈᵉᵏᵘ
Fanfiction«Mírenlo siendo tan lindo y adorable... debe ser un truco, quizás trama algo. Ese niño no es normal es demasiado amable para ser real. Debe ocultar algo realmente oscuro. ¡Es perverso! ¡El mal personificado! Si buscas en el diccionario la palabra "p...