Capítulo 4. Lo Ideal

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Luego de ese tiempo en la hacienda los dos regresaron con un mejor animo ya que estuvieron todo el tiempo juntos, sin que el celular estuviera interrumpiendo cuando conversaban pero ya era hora de regresar a la casa, acomodaron sus bolsos en el maletero antes de despedirse de los trabajadores, Altagracia empaco un par de cosas para el camino, como agua y algo de comida, en cuestión de minutos abandonaban la propiedad dirigiéndose de nuevo a casa.




- Deberíamos venir más seguido -- comenta -- Había olvidado lo bonita que era

- Podríamos esperar a que Valentina esté de vacaciones -- sugiere -- Venimos los tres por un par de días así no te ausentas tanto en la constructora

- Podría pedir vacaciones también -- la mira por unos segundos

- Llevas años sin tomar vacaciones -- frunce el ceño -- A que se debe?

- Quiero estar más presente, lo vives diciendo y... tienes razón -- da de hombros -- La pasamos bien aquí o no?

- Si... -- sonríe -- Sólo que me sorprendiste

- Bueno acostúmbrate, planeo seguir haciéndolo -- presta atención al camino

- Ah! Bueno -- ríe -- Esperaré entonces

- Prende la radio si quieres -- sonríe negando -- Pasará más rápido el tiempo

- Tú queriendo escuchar música? Quién eres? -- enciende la radio

- No soy tan aburrido! -- ríe

- Oh por Dios! Acabas de reírte -- se recarga en el asiento -- Creo que un extraterrestre entró a tu cerebro y te esta supliendo ahora mismo

- Estás exagerando -- niega

- Claro que no, prácticamente te volviste aburrido desde que la constructora agarro una mejor posición -- da de hombros -- Ya nunca salimos, no tenemos nuestras noches en la sala con vino, ojo no es queja -- advierte -- Entiendo que estés más cansado porque ahora asumes muchas más responsabilidades

- Tienes razón -- concuerda -- Pero desde ahora trataré de cambiar eso, está bien? No te prometo un cambio de aquí a mañana

- Yo sé -- asiente -- Pero el echo de que lo estés intentando es un paso grande -- acaricia su cabello -- Y lo agradezco, de verdad no quisiera que terminemos mal nosotros dos




Al llegar a casa se dieron cuenta que aún faltaba bastante para que Vale llegará a casa, estaban solos por lo que aprovecharían un poquito más, la cargo justo cuando estaba desprevenida llevándola al cuarto donde los besos se convirtieron en caricias y esas mismas fueron las que los llevaron directo a la cama.




- Adoró estos días -- murmura recargada en su pecho

- Si yo también -- acaricia su hombro -- Días así sólo pasan cuando todo esta en calma

- Ujum -- asiente -- Son días extraños...

- Por qué lo dices? -- la mira

- Casi no tenemos días así -- le devuelve la mirada -- Por lo general estamos así de juntos en la noche -- ríe -- Pero aún hay sol aquí, es extraño

- Tienes razón -- también ríe -- Pero se siente bien -- la abraza

- Bastante -- confirma acomodándose en el -- Casi tanto cómo antes de casarnos y tener a Vale

- Esos si que eran tiempos requete buenos -- sonríe -- No teníamos responsabilidades o un horario para cumplir

- Teníamos uno -- asiente -- Debía estar en casa temprano, lo olvidas?

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