Capítulo 45. Amor

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- Concéntrate en pujar -- la anima -- Lo importante es que está a metros de ti

- Sabes cómo está? -- insiste

- No, Ricardo sólo me dijo que ya habían llegado y que ahora te lo iba a traer como sea -- soba su espalda -- Y ya no me preguntes más

- Respira al menos? -- gime volviendo a pujar

- No lo sé! Llego inconsciente -- revela

- Demonios! Vuelve a llamarle y averigua todo -- suelta su mano

- Estás loca!? -- niega -- Ricardo cumplió, te lo trajo, ahora tú cumple

- Y que carajos crees que estoy haciendo!? A ver, saca uno de tu vagina -- dice histérica

- No, no, no -- ríe -- Prefiero la cirugía

- Entonces no digas nada que de mi vagina está por salir un ser humano! -- respira hondo -- Y no tengo idea de cómo está su papá

- Por ahora vivo! -- abre la puerta de golpe Ricardo empujando una silla de ruedas -- Aquí te lo traigo, vamos Vale nos merecemos un helado

- De aquí no me mueve nadie! -- advierte -- He estado esperando por ese bebé un rato largo!

- Le pasaste tu histeria a la niña -- ríe Eunice dándole paso a José Luís

- Señor! Estamos en medio de algo -- dice la obstetra -- Si se puede retirar o ir a un rincón por favor

- Estaré en el rincón -- señala -- Vas bien Altagracia, ya se ve la cabeza

- Deja de vérsela! -- lo empuja Eunice hacía el rincón -- Respeta!

- Estás vivo -- solloza

- León golpea cómo niña -- sonríe tomando su mano -- No llores cielo, estoy bien

- No es por ti -- aprieta a la enfermera antes de volver a pujar

- Así! -- dice emocionada la obstetra -- Otro poco más y lo tendremos afuera

- Falta poco -- la anima en lo que tomaba asiento a su lado -- Casi nada en realidad

- No sabes lo feliz que estoy de que estés vivo a pesar de que también estés en bata -- recuesta la cabeza en su hombro

- Si, no sé como paso pero me alegra haber llegado a tiempo -- besa su mano -- Tendremos a nuestro bebé! -- se emociona







Los siguientes minutos dejaron a todos expectantes hasta que escucharon el lloriqueo del bebé, una vez José Luís pudo cortar el cordón, la obstetra se lo enseñó a Vale quien ya era un mar de lágrimas, el pequeño fue revisado rápido por la enfermera antes de pasar a los brazos de Altagracia, otra que también estaba llorando pero como culparla, la había pasado tan mal las últimas horas.







- Luke -- susurra tomando la pequeña manita del bebé -- Soy tu padre!

- Está bueno! -- ríe la obstetra -- A poco ese va a ser su nombre?

- Ni de chiste -- niega Altagracia -- Más de seis horas de trabajo de parto para que se llame así -- lo encara -- Ni pensar

- Se va a llamar Santiago -- ríe -- Y le diremos Santi o Tiago

- No me desagrada fíjate -- lo acomoda en su seno cuando lo escucha llorar de nuevo -- Santi...

- Y te desagradaría... casarte conmigo? -- sonríe

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