Capítulo 50: Hurt.

84 8 0
                                    


Capítulo 50: Hurt.


"Creo que te das cuenta que quieres realmente a alguien,

En el momento en que intentas imaginarte tu vida sin esa persona

Y hay más vacíos que escenas coherentes."


Pov Ji Yong.

Crucé todo el jardín para volver a entrar a la casa, iba a ir a la cocina por un poco de café. Quizás debí vestirme antes, llevaba arrastrando todo el pantalón del pijama. Me había sentado temprano por la mañana a tomar desayuno con mi madre y la madre de Seung Hyun en el jardín. La verdad no tenía ni idea de dónde había ido Seung, cuando desperté esta mañana ya no estaba y su madre me dijo que había salido temprano a hacer algunas cosas importantes.


Entré en la cocina y busqué una taza y un poco de café con tranquilidad. Puse a calentar el agua en el hervidor y miré por la ventana, era un día preciosísimo. El sol estaba más resplandeciente que otros días. Sonreí mientras esperaba que el agua hirviera. Me recargué en la mesa y estiré mis manos soltando un gran bostezo, me siento perezoso. Abrí mis ojos lentamente y pasé mis manos sobre ellos un poco, cuando fui capaz de mirar con claridad dejé de apoyarme en la mesa y me puse en modo a la defensiva.


-Buenos días. –Min Hyun apenas me miró, pasó de largo en la cocina hacia el refrigerador. Yo intenté ignorarlo lo más que pude también.


-Hola.


Quería esperar a que él se fuera para ir por el agua caliente, la verdad no quería acercarme ni un poco a él. La verdad ni siquiera tenía ganas de echarle del lugar, me había rendido, además, no quería hacerle una vida difícil a Dami y menos a mi sobrino.


-Ji Yong. –Salí de mis pensamientos, pero no lo miré. -¿Todavía quieres que me vaya?


Yo me di la vuelta y le miré, confundido. ¿A qué venía ese rostro de culpabilidad? Me hacía sentir malo, como si yo lo estuviera obligando a irse. Fruncí el ceño.


-Mira, esto no tiene nada que ver con que me hayas robado dinero o te estés aprovechando de mi familia. Pero no voy a soportar que estés jugando con mi hermana, y menos cuando tienen un hijo.


-No estoy jugando con ella.


-¿Entonces qué haces? –Le miré desafiante y me crucé de brazos, él se removió los cabellos de la cabeza. –Porque hace un tiempo atrás dijiste bien claro que te casaste con ella porque tenía dinero.


-Bueno, en cierta parte es cierto, pero también hay más razones, y te lo dije. –Yo le miré confundido, ¿me lo había dicho? ¿Y cuándo que no lo recordaba?


-¿De qué rayos hablas? –Él se acercó un poco y yo por acto reflejo retrocedí. Estaba actuando raro.


-Te dije que antes de casarme con tu hermana, yo venía por ti. –Me miró fijo y yo fruncí el ceño. –Pero cuando supe que tenías pareja, me casé con tu hermana. Quizás fue un error, pero debía acercarme de alguna manera.

INFIELESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora