― ¡Mierda! ―soltó Roma.
―¡Todos al auto! ―les ordené.
Me eche a correr de regreso al interior de la joyería, hacía la Nissan que estaba encendida y en el interior de la tienda. Me metí en el asiento del conductor, el resto se metió como pudo a la camioneta y eche a andar en reversa, golpe el pavimento con el impulso y de paso empuje la patrulla detrás, otra más surgió por enfrente y logre girar el volante lo suficientemente para dar marcha hacia delante.
Acelere a fondo, di vuelta en la esquina en el semáforo rojo y me metí entre los autos que conducían por la calle. Rodé la manzana para salir hacia la avenida que era la más transitada a esa hora de la noche.
La policía salía de todas partes, surgía en de entre las calles completamente enloquecidas.
Conduje por un solo carril, tratando de perderme entre los demás autos que iban a la misma velocidad.
―Necesito que todos se agachen ―les dije a todos, quienes obedecieron rápidamente. Se tiraron entre los asientos.
Seguí conduciendo, moviendo el auto entre los carriles y a través de los autos recordando cuando saqué a Brayden de Mar aquel día que se inició la pesadilla, esta pesadilla en la que estaba envuelto. Había tomado mi decisión, estaba hecho y estaba decidido a continuar pasara lo que pasara. Estaba loco, supongo, no había tenido tiempo a reaccionar, solo estaba actuando día a día y aún así se sentía un gran vacío en mi pecho y una voz en mi cabeza que me decía que me pude haber evitado todo esto si desde el principio hubiese elegido. Pero no lo hice, era una estupidez que justo ahora estuviera pensando en eso, en él.
Y en ningún momento había pensado en Albish.
―¿Cómo fue que te recibieron luego de sacar a tus compañeros con vida? ―preguntó la mujer sentada frente a mí.
Suspire al volver a la extraña realidad en la que me encontraba.
Mire detenidamente a la mujer, sus ojos estaban fijos en los míos y a pesar de toda esta mierda. No había manera de que yo pudiera decirle que era culpable de lo que ella quería que le dijera que no lo era. Había hecho muchas cosas solo para sálvame a mi y Brayden. En mi interior había una pequeña esperanza de que él siguiera con vida.
No era un secreto que yo era un asesino. Ya había matado a alguien en el pasado para salvar a Albish y a muchos más, había evitado no pensar en ese momento y sin querer mi mente había hecho lo posible para mantenerlo oculto, sin embargo lo había hecho y justo después que la pesadilla había iniciado había hecho lo necesario para mantenernos a salvo.
La muerte se empeñaba en venir por mi, una y otra vez, estaba tardando demasiado en venir por mi y esta vez no se lo iba a dejar tan fácil. Quería lo que yo era, esta vez iba a luchar por eso.
―Me recibieron con muchos aplausos ―respondí.
Justo después de haber llegado al punto de extracción nos rescataron y nos llevaron de regreso al refugio con los ojos vendados. En ése momento yo sabía lo que había decidido, había tomado mi decisión.
Entramos hasta la bodega y los victoreos y aplausos fue lo primero que escucharnos al entrar, nos quitaron las vendas de los ojos para encontrarnos a todos los miembros de ese lugar felicitándonos por haber completado la misión.
Sabíamos que el conductor nos había traicionado, se había fugado con todo el botín pero que había sido localizado y asesinado.
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En mi, no en ti #3 ✅
RomansaJonathan piensa que esta vez las cosas irán bien, pero mientras no deje de pensar en Brayden y que ha tomando una decisión equivocada, nada de eso sucedera. Cuándo descubre que Brayden se encuentra en peligro por sus actos del pasado, una vez más, h...