𝗣𝗿𝗲𝗳𝗮𝗰𝗶𝗼

58 2 0
                                    

Observé el par de lámparas blancas sujetas en el techo. Una de ellas parpadea de manera repentina, sin ningún patrón. Deslizó mis dedos sobre el escritorio frente a mi, la madera estaba desgastada y el metal de los soportes estaba oxidado.

Había un silencio tan profundo y tan incómodo en esa minúscula habitación, tan solo un zumbido, que provenía de algún lado del otro lado de muros polarizados. Me sentía como en alguna de esas series de televisión, preparado para mí interrogatorio. La diferencia era que realmente estaba sucediendo.

La puerta de mi costado izquierdo se abrió, dejando entrar a una mujer. Llevaba un traje de saco y falda color gris perla. Su cabello rubio recogido en un moño encima de su cabeza. Llevaba el mínimo de maquillajes y la raya del ojo bien marcada, lo que la hacía parecer severa. Quizá lo era, aunque era la primera vez que la veía.

Llevaba una carpeta oscura en el brazo sosteniendo contra su pecho. Se acercó a la mesa sin despegar sus ojos sobre mí y tiró de la silla al otro lado de dónde yo me encontraba. Se sentó con delicadeza.

Quería pensar que el tiempo transcurría de manera muy lenta, pero la verdad era que no tenía la más mínima idea de que día era, o cuánto tiempo había transcurrido desde que me trajeron a ese lugar.

―Mi nombre es Denise Grey, soy Sub general de la CIA. ¿Sabés cuanto tiempo llevas aquí? Treinta días ―su voz era firme, no había matices de ningún tipo. Como si fuera un robot―. Creo que es tiempo suficiente para que pudieras recuperarte y pensar en todo lo que ocurrió.

―¿Un mes? ―dije. Mi voz era baja, sentía que hace mucho no la escuchaba.

―Así es, es importante recabar la información sobre lo que te sucedió. Ellos no saben qué hacer contigo, si fuera por ellos ya estuvieras en prisión y no volverías a ver la luz del sol ―sus ojos se desviaron un instante hacia el cristal polarizado―. Aunque yo estoy segura de que tienes una versión que contar.

― ¿Porqué haría eso? ―pregunté confundido.

― Conozco tu historia: Jonathan Septien, edad 20 años. Fuiste reportado como persona desaparecida el 2 de Agosto de 2020. ¿Necesitas saber algo más para que me creas?

―Brayden, ¿dónde está? ―Sentí una punzada en el pecho al mencionar su nombre. Me había hecho a la idea de que él estaba muerto desde hace mucho tiempo, pero dicen que la esperanza muere al último.

―No hemos encontrado ningún registro sobre él. No hasta el momento ―Abrió la carpeta que había dejado en el escritorio, movió sus dedos sobre los papeles ―. Encontramos otro refugio de chicos, los trasladaron hacia Washington, el trato que tengo para ofrecerte es, cuéntame todo lo que sucedió y yo te llevo a que busques a tu amigo ahí.

―¿Qué quiere saber? ―No tenía nada más que hacer, no sabía dónde estaba ni qué había ocurrido realmente. Mantuve la mirada en ella un momento, de todas manera se lo iba a decir, quizá ahora podía buscar a Brayden en las caras de unos desconocidos.

―Empecemos por el principio. ¿Por qué decidiste salir de Mar en el ataque? ―Tomó el bolígrafo de un costado de la carpeta y empezó a escribir.

―No iba a poder llevar a Brayden a casa, es decir, estábamos lo suficiente lejos. Ellos tenía vehículos y armas. Vi la oportunidad y salimos de Mar, no es algo que planeara...

―Le pediste ayuda a Brandom... ¿Por qué no llamaste a Albish?

― ¿Cómo sabe eso?

― Él fue quien informó que te ayudó, recibió una llamada mientras estabas en el Centro Médico en Pittsburgh. Te dio la orden de moverte a un Departamento.

Asentí. Esa parte se sentía tan lejana que si no lo estuviera mencionando ella ahora, no lo hubiese recordado.

―Mejor, ¿por qué no empiezas por el principio? ―Se llevó las manos al pecho y se acomodo en su asiento.

En mi, no en ti #3 ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora