El viento me pega en la cara, es húmedo y caluroso.
Mis dedos de los pies juegan con la arena, caliente y espesa. Trato de enterrar los dedos y luego revolverlos. Tengo las manos abrazadas a las rodillas y escucho un ruido detrás. La primera vez que volví a Mar, me aterrorice. Estaba congelado contra el asiento, me dolía el pecho y quería vomitar.
Poner un pie dentro de esa casa fuera otro golpe a mi realidad. Había aprendido a superar esos traumas, pero, hablarlo con alguien cada semana no se comparaba con volver al lugar donde todo comenzó. Ya nada se parecía a lo que conocí, incluso las personas que éramos habían cambiado.
Miró por encima del hombro, solo puedo ver a Brayden correr de un lado a otro persiguiendo la pelota que rebota en la arena y se aleja por la playa. Al otro lado, esta Molly, su hermana menor que ha cumplido quince el mes pasado.
En el interior, puedo ver a mi madre tratar de poner la mesa. Esta la madre de Brayden ayudándola con los cubiertos. Sigo con la mirada buscando a Albish, hasta que lo encuentro a mi lado izquierdo.
Se tira sobre las rodillas y me abraza por detrás.
―¿Estás bien? Te he sentido inquieto toda la mañana.
Observó al hombre a mi lado, veo las primeras canas qué le pintan las entradas de su cabello dorado. A pesar de que aún veo al chico que conocí hace muchos años, se que ha dejado de ser él, su voz ha cambiado, su, rostro, incluso la sensación que provoca en mí.
―Este lugar me trae muchos recuerdos ―digo con tristeza.
―No tenemos que quedarnos, Jonathan ―se inclina a besar mi mejilla.
―No, este es tu hogar. Es por lo que has trabajado todo este tiempo…
―Tú eres más importante que eso. Podemos marcharnos antes de que anochezca…
―¿Marcharnos? ―pregunta Brayden. Se tira sobre ambos, deja su cabeza sobre las piernas de Albish y el resto de su cuerpo sobre mi.
―Jonathan esta inquieto, si no quiere quedarse esta noche podemos regresar…
Observo a Brayden. Sonríe mostrando los dientes, el chico que conocí también ha cambiado. Se ha dejado la barba y ha rapado su cabeza, sigue siéndote un idiota, aunque ahora es mi idiota.
―No tengo ningún problema con eso. Escucha, Molly quiere jugar contigo. Dice que no debes dejarla ganar otra vez.
―No hay problema, mañana podemos marcharnos por la mañana. Así jugaré contra ella el resto de la tarde.
Brayden se levanta de un salto, me ayuda a ponerme de pie y me besa la mejilla. Albish se levanta detrás de nosotros y nos abraza a ambos desde atrás. Suelto un suspiro con alivio.
En ese instante, solo puedo agradecer que todo por lo que luche, está conmigo.
FIN
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En mi, no en ti #3 ✅
RomanceJonathan piensa que esta vez las cosas irán bien, pero mientras no deje de pensar en Brayden y que ha tomando una decisión equivocada, nada de eso sucedera. Cuándo descubre que Brayden se encuentra en peligro por sus actos del pasado, una vez más, h...