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Hey, bonita... Sé que esta carta jamás la leerás porque bueno, no estoy allí presente para entregarla así que supongo que sólo digo esto para poder descansar de una vez por todas.
¿te he dicho lo mucho que te odié aquel día que me atropellaste? Siendote sincero, me irritabas demasiado, eras como una pequeña pulga molesta... Pero siempre llamaste mi atención... Comenzando por el hecho de que jamás te gusté sino hasta aquel día en la madriguera que logré llamar tu atención ¿quien lo diría?
Quisiera decirte tantas cosas, tantas, pero tantas que duele no poder contartelas... Pero aquí me desahogare anhelando algún día poder reencontrarnos, Candy...
Tú y yo no éramos la perfección hecha pareja, nuestra historia fue rápida y corta, tal vez nos aprendimos a querer en muy poco tiempo y todo fue de manera muy veloz, pero fue real... Demasiado real.
Éramos la persona más no el momento y quiero que tengas eso grabado, sé que llegará alguien más a tu vida que te dé todo lo que te mereces y que lamentablemente yo no pude darte... Quiero que dejes de llorar, de lamentarte, de sentirte culpable porque jamás será tu culpa el hecho de que me haya ido, quiero que vivas, disfrutes y hagas tu vida porque apenas tienes 18 años y no te mereces estancarte en un dolor perpetuo... Ha pasado un tiempo y debes ir sanando la herida, puedes contarle a tus hijos en un futuro sobre aquel amor veraniego que al llegar el otoño lamentablemente se esfumó llevandose el amor cosechado consigo...
También quiero que sepas que aunque lo nuestro de apoco se estaba acabando y ni cuenta nos dimos estoy feliz de casi haberlo logrado, tampoco te olvides que eres lo que más he querido en la vida y que en otra línea de tiempo o en otro universo, fuimos felices juntos... Porque te amo para siempre y por siempre seré tuyo.
Te estaré esperando en una linda playa junto a Aurora para vivir la vida que deseabamos...
Gracias, bonita.
Para: La casi señorita de Riddle. De: El señor odioso.
