¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
"Te lo mereces." •
•
• [...]
Nota: el traje en multimedia es el de Tom.
—Párate, párate, párate –escuché repetitivamente mientras sentía que me movían. —¡Párate!
Me desperté de golpe encontrándome a Draco y Chris frente a mi, fruncí el celó confundida con su presencia en Mila habitación de Tom y mía.
Detrás de ellos Tom se vestía tranquilamente. —No te despertaste cuando intenté levantarte, son las 12:30 pm
Me levanté de golpe de la cama ganándome el típico mareo, los vi a los tres vestidos casualmente para salir y ellos me sonrieron burlones.
—Báñate que vamos a comprar la ropa para la fiesta de esta noche –me dijo Chris tendiéndome mi toalla.
Aún un poco aturdida caminé hasta el baño dándome una ducha y vistiéndome casual y sencillo. Salimos los cuatro del cuarto cruzándonos con los demás saliendo de sus habitaciones.
—¡Son las dos parejas tóxicas del grupo! –dijo Cedric.
—Por eso no tienes novia –dijo Draco.
Cedric rodó los ojos y comenzamos a caminar todos en dirección a alguna tienda de ropa cercana. A mi lado Tom me daba miradas fugaces y cortas que hacían que mi corazón latiera velozmente, oculte una sonrisa mirando al suelo mientras continuábamos caminando.
Sin pensarlo estiré mi mano a la de Tom entrelazándolas, él me miró con una sonrisa de lado y continuamos caminando en silencio. Apreté su mano solo para molestarlo desatando entre los dos una guerra de apretones fuertes de mano, cuando dobló mi mano y dolió mucho le pegué en el hombro con mi mano izquierda mientras lo veía con los ojos aguados.
—Ridiculo –acaricié mi mano. Él la tomó y la llevó a sus labios dándole un pequeño beso.
Mi corazón de apretujó y comenzó a latir rápidamente, tanto que lograba escuchar su bombeo en mis oídos. Mordí mis labios para reprimir la sonrisa que quería mostrarle y solo me hice la enojada.
—¿Estás molesta? –me preguntó y lo ignoré. —Hey, candy... Bonita
—No, no estoy molesta
—Ah bueno... ¿Segura? Mira que no es mi culpa, tú empezaste el juego
Me alce de hombros fingiendo indiferencia. —No importa
Nos detuvimos frente una tienda grande de ropa por donde salían y entraban personas cada segundo, era muy linda y se podía admirar desde afuera por las ventanas el orden y lo elegante del local. Jale a Tom hacia dentro siendo seguidos por los demás.
