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"AVADA KEDAVRA." •
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Ahora que todos nos encontrábamos con nuestras pijamas en el cuarto de los chicos me sentía más nerviosa que nunca.
La fría mirada de Tom de vez en cuando se posaba en mi cuerpo, la pequeña discusión que habíamos tenido (bueno, no tan pequeña) había desencadenado una lucha constante de miradas llenas de odio en donde terminaba ganando él puesto que yo me sentía notablemente incomodada.
Fingí prestar atención a lo que decía Fred pero se me hizo casi imposible... Cuando Freddie terminó de explicar lo qué haríamos todos asentimos.
Él se levantó y me tomó del brazo al igual que a Tom, nos encerró en un closet haciendo caso omiso a mis constantes insistencias en que me soltara y cerró la puerta con seguro.
—¡Abre la puerta, Fred! –grité.
—Son 7 minutos en el cielo, linda
—Yo con ella voy a pasar 7 minutos en el infierno, será –dijo Tom cruzándose de brazos.
Lo miré molesta y solo bufé rindiéndome. El espacio del closet era notablemente pequeño y nuestros pechos estaban pegados, podía casi sentir el latir de su corazón.
—En verdad que eres una puta –dijo lentamente.
Alce la mirada rápidamente y lo miré incrédula. —¿Que yo qué?
—Eres una puta –repitio. —Un trío con unos de tus mejores amigos
—Pues tú también eres de mis mejores amigos
—Pero tú no eres de mis mejores amigas, ¿ves el punto? Yo simplemente te veo como una conocida, ellos no, son casi tus hermanos –dijo molesto.
—Eso no tiene ningún maldito sentido, Thomas –dije.
—Que no le quieras ver el sentido es tu puto problema...
Suspiré y negué incrédula. —Eres tan... Idiota, imbécil y estúpidamente ridículo
Tom apretó mi cuello y acercó su cara a la mía, le di un manotazo quitando su mano y lo empujé intentando alejarlo de mi cara pero no se movió ni un centímetro.
—Escúchame bien una cosa, T/N, no me vuelvas a insultar porque te vas a arrepentir
—¿Y tú si me puedes insultar cómo se te da la regalada gana?
—Pero bien que te gustaban cuando te estaba follando
Mentiría si diría que no temblé en ese momento. Rodé los ojos y sonreí irónica. —Allá yo
