15. El accidente

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Capítulo 15.

El dueño de la posada, un señor muy amable y atento, las invitó a probar un vino artesanal que estaba empezando a fabricar, conjuntamente con unos aperitivos que lo acompañaban deliciosamente, así que Romina e Isabel, no dudaron en aceptar y así, entre risas, conversaciones variadas, vinos y aperitivos, pasaron la tarde. Lejos había quedado el fatídico encuentro de unas horas atrás, cosa que Isabel no pasó desapercibido y estaba feliz por Romina, porque de haber estado en su lugar, no creía haber podido reaccionar tan serenamente como lo había hecho ella. Es que todavía recordaba el "Romi" y la sangre le hervía. ¿Cómo se atrevía a llamarla así después de lo que había hecho? "Qué caradurismo la de esa mujer" pensó.

- ¿Beba? _ Escuchó a Romina llamarla.
- ¿Eh? _ Se dio cuenta que se había quedado en sus pensamientos sin darse cuenta.
- Que si quieres más cariño _ Le estaba ofreciendo una de las tartaletas con champiñones que había.
- Sí _ Asintió un poco apenada.
- ¿A dónde te fuiste? _ Preguntó curiosa.
- Nada amor, sólo pensaba en lo hermoso de todo esto _ Mintió, pues no quería volver a tocar el tema de Lorena.
- ¿Segura? _ Sabía que no era eso, porque era imposible pensar en la belleza de aquel lugar, con el ceño fruncido. Isabel bajó la mirada unos segundos antes de responder.
- Lo siento amor, pensaba en cómo se atrevió a decirte "Romi" después de todo lo que te hizo _ Dijo con indignación - Es... Es... _ No conseguía un calificativo apropiado sin ser soez.
- Olvídate de ella beba _ Le pidió - No quiero que nos dañe este momento, ni el disfrutar de este lugar.
- Yo tampoco mi vida pero... No sé cómo lo haces _ Le admitió - No sé cómo estás tan tranquila después de verla.
- Lo estoy sólo porque estás tú amor, de no ser así... Creo que mis emociones estarían totalmente revueltas _ Lo pensó por unos segundos antes de continuar - No negaré que me afectó, pero ahora que tengo la cabeza fría y el shock del momento ya pasó, debo decir que me afectó porque no esperé volver a verla y menos, con la mujer a la que aún le interesas... Y eso, confieso que es lo que más me preocupa.
- ¿Crees que le diga algo sobre ti? _ Isabel no dudaba que lo hiciera. Ya había demostrado la clase de mujer que era, así que qué se podía esperar.
- Quiero pensar que no _ Dijo con un dejo de esperanza, pero sabiendo que era algo remoto.
- Aunque lo haga... _ Tomó sus mejillas con las manos para que la mirara a los ojos - Eso no cambiará absolutamente nada entre nosotras.
- Eso lo sé cariño, es sólo que... _ No continuó la frase.
- ¿Qué?
- No confío en Katherine _ Dijo en voz baja. Era así, no confiaba en ella y tenía un mal presentimiento, pero no quería armar una tormenta en un vaso de agua sin necesidad.
- Lo sé amor, pero te aseguro que nada pasará. No lo permitiré _ Le aseguró.

Se miraron en silencio unos segundos, Isabel tratando de transmitirle la seguridad en sus palabras y Romina, tratando de transmitirle la confianza que sentía en ella. Al final, ambas asintieron ligeramente antes de abrazarse fuerte.

- Volviendo al tema inicial _ Romina quiso retomar temas más agradables - Sí, el paisaje es maravilloso _ Sonrió.
- Sííííí cariño lo es _ Dijo con emoción mirándolo otra vez. En ese instante recordó que tenía algo pendiente por decirle a Romina - Vida, hay algo que quiero decirte _ Había pensado en darle esa noticia en un momento más íntimo, pero al igual que Romina, quería disipar por completo el instante anterior y sustituirlo por algo realmente importante.
- ¿Qué será? _ Sirvió lo que quedaba del vino en las dos copas y se dispuso a escuchar atenta.
- ¿Recuerdas lo que me propusiste el fin pasado?
- ¿Lo de ir a vivir conmigo?
- Sí, justo eso _ Le sonrió.
- ¿Aceptarás? _ Preguntó con ilusión.
- Bueno yo... lo he estado pensando y... _ Hizo una pausa pero para darle un poco más de emoción al momento.
- ¿Y...? _ La instó a seguir
- Me encantaría hacerlo _ Le dijo finalmente con una sonrisa.
- ¡SÍ! _ Dijo con emoción y haciendo un gesto con su mano como cuando se ve un partido y el equipo preferido anota.

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