13. Siempre ha sido ella

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NOTA DE AUTORA

Por alguna razón que aún no entiendo, este capítulo aparece en un lugar que no le corresponde. He modificado el orden una y otra vez y desde diferentes dispositivos y sigue apareciendo en el lugar incorrecto 😕

Pido disculpas por esta situación, que aunque no afecta el desarrollo de la historia, puede crear confusión.

Este capítulo es el 13, así que al leerlo, tómenlo en cuenta. Seguiré indagando a ver cómo resolver este inconveniente.

Kam

Capítulo 13.

El sábado siguiente, era el cumpleaños de Romina, así que Isabel decidió que ese día le daría la noticia de que aceptaba su propuesta de mudarse juntas, pero mientras, la haría sufrir un poquito esa semana. Sólo para aumentar la emoción de ambas al decírselo.

Pero quería regalarle algo especial a Romina, así que le había tocado abrir espacio para ir de tienda y conseguir lo que quería, que en el fondo no sabía que era, pero tenía fe que cuando lo viera, lo sabría.

Con la ayuda de Luisana y Mery, quienes distrajeron a Romina toda una tarde, Isabel se paseó por un par de centros comerciales de la ciudad y en uno de ellos, entró a una joyería en la que vio una esclava de plata muy sencilla, pero en la que podía grabarle unas palabras que quería llevara siempre consigo en el dorso, así que no dudó en entrar y en hacer la compra.

Al salir, estaba tan feliz y ensimismada en el regalo, que no se percató que Katherine estaba sentada en una de las mesas de un restaurante cercano, así que no se dio cuenta que esta saltó de la silla para interceptarla y aprovechar la oportunidad de verla a solas.

- Benditos mis ojos por tener la oportunidad de mirar a semejante belleza _ Le dijo caminando muy cerca de Isabel desde atrás.

Isabel se sobresaltó al escuchar su voz casi que en su oído y al voltearse y ver quién era, se agarró el pecho con la mano intentando calmar su corazón.

- ¡Katherine! Qué susto me diste _ Le dijo.
- Vamos, tan fea no soy _ Abrió sus brazos para saludarla con excesivo cariño.

Isabel, aunque aceptó la acción, supo que debía establecer los límites. Límites que no había impuesto antes porque no había sido necesario, pero que ahora, definitivamente era el momento.

- Hola Kat, que sorpresa verte _ Le devolvió el saludo.
- ¿Tienes tiempo? Estoy por almorzar y me vendría de maravillas la compañía _ La invitó.

Isabel miró la hora y sí, tenía tiempo todavía, así que aceptó.

- Es un poco tarde para almorzar ¿no? _ Comentó a propósito de que ya era las 5 de la tarde.
- Sí. Hoy debía presentar el balance de los cursos dados hasta el momento y la reunión se extendió. Nos dieron un refrigerio para aguantar, así que en cuanto terminó la junta, me vine a comer. Mi cita se retrasó, entonces me toca esperar un poco, pero mi estómago no es tan paciente.
- Jajajajaja sí, lo recuerdo.

Si había algo que Katherine no soportaba muy bien, era que la hicieran esperar para comer, así que si no llegabas a tiempo, era seguro que comerías sola, pues ella ya lo habría hecho, contigo o sin ti.

- ¿Y tu novia? _ Preguntó por cortesía, pues en realidad, poco le interesaba.
- Está bien. Trabajando aún.
- ¿Y tú qué haces por aquí?
- Comprando un regalo para ella. Cumple en pocos días _ Sonrió pensando en la pulsera.

Katherine no pasó desapercibido esa expresión brillante en sus ojos y supo, que esta relación era diferente. Le había escuchado y visto hablar de otras parejas, pero ninguna la hizo tener esa mirada soñadora en sus ojos, así que esto era serio, para su desgracia.

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