Capítulo 17
La mañana siguiente fue una locura, en cuanto todos se enteraron que Isabel había despertado, no pasó mucho tiempo antes de que llegaran a la clínica con la emoción desbordada, sin embargo, las enfermeras les pidió que esperaran que se hiciera el chequeo médico primero, para evitar que Isabel se agitara antes de retirarle el respirador.
Aunque no pasó más de dos horas antes de ello, la ansiedad y la necesidad de verla bien, los estaba consumiendo a todos afuera. Sólo su madre, había pasado a verla y se había quedado a su lado hasta que el doctor llegó.
Durante ese tiempo, Katherine había ido como cada mañana y aunque la noticia de saberla despierta la había alegrado sobremanera, el temor de recibir el rechazo de Isabel la carcomía, así que en cuanto comenzó el examen médico, inventó una reunión de trabajo para no tener que lidiar con la posibilidad del rechazo en ese momento. Debía mantener la mente despejada para las clases, cosa que ya había sido un problema durante esos días, así que no quería agregar una tormenta más a su día, al menos no, hasta que se hiciera inevitable.
Casi 45 minutos pasó antes de que dieran luz verde para entrar a la habitación y por supuesto, que sobraron los besos en la frente, las lágrimas de felicidad y los chistes de Roberto y Ámbar por el yeso de Isabel. Mery tuvo que ponerlos en cintura al recordarles que Isabel apenas estaba reaccionando, así que continuaron con los chistes, pero entre ellos.
Isabel se sentía feliz al tenerlos a todos allí, y aunque no lograba hablar como ella quería, ya que tenía la garganta irritada y adolorida, disfrutaba del intercambio incesante de los cuentos entre ellos. Con esa sensación de calidez en su pecho, se quedó dormida nuevamente.
Al darse cuenta de ello, la mayoría, salió de la habitación y se quedaron afuera. Nancy y Héctor llegaron directo del aeropuerto y por supuesto, no hubo poder de Dios que evitara que entrara y se quedara un buen rato con Isabel. Como todos, había mantenido la calma lo más posible esos días de incertidumbre, sin embargo, al verla con el yeso, la cabeza vendada y raspones en sus brazos, no dejó de dar gracias a Dios por mantenerla con vida. Había estado muy cerca de no despertar y el sólo pensarlo, le daba escalofríos. Estaba inmersa en sus pensamientos cuando sintió que Isabel despertó y de inmediato se acercó a ella.
- Hola pequeña _ Le dijo con cariño. Isabel le sonrió ligeramente y le respondió con voz ronca por la irritación.
- Hola
- Llegué hace poco. Tu novia es bastante molesta, no me dejó venir antes, pero de hoy no pasaba que estuviese aquí _ Isabel volvió a sonreír.
- Agua _ Le pidió.
Nancy buscó en la mesa el vaso y un poco de agua y la ayudó a que tomara para que aliviara la molestia en su garganta.
- ¿Cómo está Romina? _ Logró preguntar.
Nancy le sonrió, pues sabía a lo que se refería y con aquello ratificaba una vez más, que la pequeña Isabel, era sin duda alguna la mujer para Romina. Estaba tirada en una cama de hospital, con mucho camino por recorrer para curarse por completo y aún así, estaba pendiente de Romina y su estado de ánimo.
- Está bien Isa... anoche lloró como bebé cuando me dijo que habías despertado, así que hoy, está mucho más tranquila _ Le aseguró.
Y era la verdad. Al llegar y verla sonreír con esa felicidad en su rostro, le dijo todo lo que necesitaba saber. Isabel asintió y cerró los ojos por unos segundos. La había estado observando durante el día y como no habían tenido oportunidad de estar a solas, no había podido hablar con ella.
- No he podido hablar con ella _ Le contó.
- Me lo puedo imaginar.
La familia era así cuando estaban todos juntos, era difícil escaparse unos instantes para tener privacidad si estaban reunidos, y bajo esta circunstancias, mucho más.
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The One
RomanceLa vida es un constante caer y levantarse. Reír y llorar. Ganar y perder. Cada experiencia te enseña y te hace tomar decisiones. ¿Pero qué pasa cuando esas experiencias te hacen renunciar a ser feliz? ¿Qué pasa cuando te conformas con vivir y de p...