Capítulo 2
Llegó el día de la boda y por supuesto que Romina, estaba junto a Nancy. Podía no ser la madrina de la boda por petición de ella misma, pero estaba a su lado sin falta. Ayudándola, apoyándola y calmando sus nervios.
Ámbar, que sí era la madrina, estaba a cargo de las damas de honor y del vestuario de Nancy, así que estaba todo cubierto.
Romina se fue adelante hasta la iglesia conjuntamente con las damas de honor, así que se ubicó en la tercera hilera de las banquetas de la iglesia, tal y como estaba previsto. La mayoría de la gente era familia, amigos más allegados y uno que otro compañero de trabajo; todos haciendo acto de presencia en el gran día de Nancy y Héctor.
Nancy, era una mujer menuda, morena clara, cabello castaño claro, con una gran sonrisa en su rostro, de esas que marcan hoyuelos en las mejillas y con una personalidad fuerte e impetuosa. Lo pequeña podía engañar, porque al momento de alzarse ante algo, podía ser tan grande como Hulk.
Héctor por su parte, era un hombre no tan alto, pero sí más que Nancy, pelirrojo y un tanto rellenito. Tenía cara de niño bueno, pero la verdad era, que aunque lo fuera, era tremendamente bromista y de un muy buen humor. Así que, podía decirse que eran tal para cual. Ambos, eran engañosos ante una primera impresión.
Se habían conocido en los tribunales, Nancy en medio de un caso y Héctor, como espectador del mismo. Él era periodista y ese día, estaba allí cubriendo el caso que Nancy llevaba.
Héctor, se había ganado a Romina desde el primer momento, pues al ver lo reservada que se mostraba, respetó sus tiempos y no intentó forzar la relación entre ellos. Le daba el espacio necesario para que Nancy compartiera con Romina, sin competir por su atención, detalle que lo diferenciaba enormemente de los antiguos novios de Nancy. Por el contrario, entendía lo importante de la amistad que había entre ellas, por lo que uno de sus objetivos, fue ganarse la confianza de Romina poco a poco.
De esa manera Romina supo, que Héctor realmente quería formar parte de la vida de Nancy y sus allegados. La tomaba en serio y no quería excluir nada de lo que era importante para ella y eso la alegraba sobremanera.
Hoy más que nunca, estaba muy feliz por Nancy, pero era inevitable sentirse más sola que nunca.
Ciertamente ya no era la chica tímida e insegura de años atrás, pero su defecto congénito era algo que siempre estaría presente y algo con qué lidiar. ¿Tendría alguna vez la posibilidad de conocer a alguien que la aceptara tal y como era sin temor a que se cansara de ello y la abandonara al final? Una punzada sintió en su estómago al pensar en sus experiencias fallidas. Por un momento, su mente se perdió en sus amargos recuerdos, evitando que se diera cuenta de que alguien se abría paso entre los sentados a su lado.
- No estés triste, ya llegué _ Le hablaron cerca del oído haciéndola saltar.
Romina se volteó de inmediato, encontrándose con una Isabel sonriente y hermosamente maquillada. No pudo evitar recorrerla con la mirada, especialmente ese escote que hacía muy atractivo su pecho de piel blanca y sus pequeñas pecas.
- Parece que te gusta lo que ves _ Le dijo con sonrisa pícara y mirada intensa.
Romina cerró la boca de inmediato al percatarse de que la tenía abierta y casi en modo "babeando", y sacudió la cabeza ligeramente.
- Lo siento _ Se disculpó por su indiscreción.
- No lo sientas _ Le dio un beso en la mejilla, pero muy cerca de sus labios - Me gusta saber que no soy la única que se babea aquí - Agregó hablándole desde muy cerca para luego, guiñarle un ojo y sonreír.
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The One
RomanceLa vida es un constante caer y levantarse. Reír y llorar. Ganar y perder. Cada experiencia te enseña y te hace tomar decisiones. ¿Pero qué pasa cuando esas experiencias te hacen renunciar a ser feliz? ¿Qué pasa cuando te conformas con vivir y de p...