«No te soporto Leclerc, te juro que no te soporto más»
Isabella, la nueva oficial de prensa de Charles Leclerc, tendrá que no solo hacele frente a un trabajo con mil cosas por aprender sino también a su piloto, que esfuerza en hacer imposible su rut...
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| rebelión en la granja, vol II
Isabella se quedó congelada, con las explicaciones a medio decir, con el corazón en la garganta.
El monegasco había atacado con algo que nunca había pensado escuchar, que no creía capaz de decir.
Se obligó a hablar antes de que las lagrimas se le empiecen a acumular en los ojos.
-¿Qué te pasa, imbécil? ¿Qué me dijiste?- escupió mientras sentía la fuerza abandonarle el cuerpo. Forzó la mirada y apretó los puños en sus costados, haciendo todo lo posible para que Leclerc no notara como le apretaba el pecho y como le temblaban los labios.
Charles se quedó en el lugar mientras que ella avanzaba desafiante. Su cara se había tornado hacia una expresión dubitativa, nerviosa. Intentó explicarse entre balbuceos pero no había palabras para sustituir lo que había dicho.
-Yo-y...
Ante el silencio, la mirada preocupada y el alcohol que ambos emanaban, Isabella no pudo sostener mas la situación y rompió en lagrimas. Se sentía traicionada y totalmente ofendida. Charles intentó acariciarle el hombro pero ella lo sacó de inmediato con una brusquedad que lo hizo tambalear.
-No, Charles, no. No entendés nada, boludo, nada- comenzó a gritarle- no te conté a vos porque estaba esperando poder hablarlo, porque quería saber qué pensabas, si estabas de acuerdo con la situación. Siempre fuiste mi prioridad y lo ibas a seguir siendo hasta en esta última decisión, y ahora me caes con esto- Isabella se sostenía ahora la cabeza con ambas manos, sin reparo en su alrededor. No le importaba que alguien la estuviese escuchando, que alguien los estuviese observando. Necesitaba sacar afuera aquella sensación de impotencia y tristeza.
-¿Sabes que es lo peor? Que si me decías que no, que me quedara, yo lo iba a hacer ¿entendés? Iba a preferir seguir trabajando con vos aún cuando no me conviniera. Dios, lo digo en voz alta y parezco una pelotuda- se llamó la atención a ella misma- Igual gracias, eh, gracias por hacerme mucho más fácil la decisión. Andate a la mierda, Leclerc. Ojalá después de fin de mes no te tenga que ver más.
El piloto se quedó petrificado, arrimado de espaldas a la baranda, con las disculpas en medio de la garganta y los oídos zumbando. Isabella estaba descontrolada, con la cara colorada surcada con el rastro de las lágrimas.
La muchacha decidió irse. De ese lugar, de la fiesta, de Mónaco, del Europa si hiciera falta. Pero antes de darse la vuelta, decidió utilizar esa ultima bala que hacia semanas tenía guardada.
-Ah Charles, y también sos un cornudo. Todo Ferrari sabe que la estúpida de tu novia anda viajando cogiendose a todo lo que tenga dos piernas.
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holi, bueno, capitulo super corto pero porque el anterior lo había dividido en dos y bueno, esta sería la 2da parte
ya estamos cerca del final sino me equivoco, asi que le voy a poner mucha pila para actualizar mas seguido
