steiermark

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| oasis (primer intento)

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| oasis (primer intento)

Había que ser sinceros: nadie esperaba buenos resultados ese fin de semana. Con el fantasma de Francia todavía latente y la baja autoestima de los pilotos, el objetivo estaba puesto en recuperar puntos y no quedarse (tan) atrás en el campeonato.

Y si el equipo no daba buenos resultados, Isabella iba a buscar los propios.

Por esa razón, aquel jueves nublado en Austria, la joven se estaba calzando las zapatillas de correr a las seis de la mañana para un prototipo de cita con el líder de la parrilla.

Se encontraron en algún lugar perdido de la ciudad y dada la hora, la poca gente que había corría para llegar al trabajo a tiempo. Isabella lo contempló estoico observando su celular, con una remera azul que le estilizaba la espalda y -gracias a dios- el pelo libre de esas horribles gorras.

-Hey, Max- lo saludó fingiendo ser casual.

No era para nada casual. Isabella se había puesto el ropero encima: las calzas que mas le refinaba la figura, el top que mas le marcaba la cintura, el rimmel que mas le resaltaba los ojos... ya saben, lo normal para una cita.

Solo que, después de una pequeña charla y un par de miradas, la cita había dejado ser...bueno, una cita. Al parecer la idea de salir a correr era en serio. Max estaba corriendo. Rápido.

Alguien podría decir que el silencio era incómodo. Para Isabella era una caricia al alma, porque sinceramente, no podía más. Estaba buena la vista a la que tenía acceso por correr detrás de él pero viejo... ni que los estuviera siguiendo la policía.

Cuando llegaron a un sendero alejado, rodeado de arboles, Isabella se dejó caer en el pasto a un costado para evitar que se le atrofien los pulmones.

El holandés solo se dió cuenta a unos cuantos metros y volvió -trotando- sobre sus pasos.

-¿Estás bien?- le preguntó cambiando su peso de un pie al otro.

Isabella seguía recuperando el aliento. ¿Este chico no se podía quedar quieto?

-Ssi...solo necesito aire...-dijo entre bocanadas.

-¿No se te da mucho el deporte, no?- preguntó algo altanero.

Ella frunció el ceño. Isabella podía hacer muchos deportes. Tenis, natación, fútbol, voley... y estaba segura de que también golf si le daban un palo y una apuesta por 10 euros.

-Correr es aburridísimo- contestó finalmente. No se molestó en ocultar el fastidio.

-Es lo mejor para mantenerse concentrado- Isabella percibió un tono de soberbia.

-Solo salí a correr por vos, Verstappen- dijo, levantando la cabeza para mirarlo.

El holandés se quedó quieto al escuchar lo contundente de la voz.

red || charles leclercDonde viven las historias. Descúbrelo ahora