| Darth Vettel
Apenas finalizó la carrera, Isabella ya llevaba consigo dos decepciones: no iba a haber interacción alcoholizada con Verstappen -o ninguna, siquiera- e iba a tener que pasar lo que quedaba del día aturdida por los insultos en francés de Francesca.
Faltaban dos vueltas para que termine la jornada cuando al holandés se le explotó una rueda y Hamilton tuvo un inconveniente con un supuesto "botón mágico". Con Paulina se habían mirado desilusionadas: no había sido un buen día para sus amores platónicos.
Y como si fuera poco, Francesca se había dedicado toda la carrera y específicamente en esas ultimas vueltas a proferir todo tipo de insultos contra la televisión que estaba en la zona de boxes. Todos querían que Leclerc sobrepase a Gasly y entrara en el podio, pero a veces el deporte es así. Y al menos ese domingo podían mencionar la buena actuación del equipo.
Para Isabella, lo único festejable en aquel momento es que su jefe anterior, su querido Vettel, había entrado quedado segundo y lo había visto festejar con champaña entre la marea de uniformes verdes.
Una vez terminada la ceremonia, Isabella se digirió a donde estaba el alemán. Apenas lo vio -y él le devolvió la mirada- se adelantó y se arrojó al abrazo de Vettel, que la recibió con brazos abiertos.
-¡Felicitaciones, Seb!- gritó alegre como si estuviera saludando a un padre.
-¡Isabellita, gracias! ¿cómo estás? ¿cómo te tratan en Ferrari?- le dijo tomándola cariñosamente por los cachetes.
La muchacha sentía que la sonrisa escapaba los bordes del barbijo. En el medio del festejo, el tipo se detenía genuinamente a preguntarle cómo estaba. Isabella lo amaba, realmente. El aura de Vettel era la de un padre.
-Uf...bien, creo...como se puede- intentó disimular pero la cara de la chica era bastante transparente.
-¿Algo anda mal?- preguntó el alemán preocupado. Aunque alrededor el equipo seguía festejando, junto con la oficial de prensa de Vettel, los tres parecían estar en una burbuja aparte.
-No, no...solo que esta costando ponernos de acuerdo con Charles...pero nada importante, en serio- enfatizó ante los ojos de sus ex-colegas.
Definitivamente no iba a poner a lloriquear en el medio de un podio de como después de que Sebastian se fue, su trabajo se volvió un campo de pelea.
El alemán asintió poco convencido y le dio un ultimo abrazo antes de volver con su equipo.
-Seguí trabajando duro, Mädchen, que no por nada fuiste mi última gran pelea en Ferrari- agregó antes de alejarse.
Isabella quedó confundida. Volvió hacía las instalaciones de su escudería con esa última frase en la cabeza. El lugar estaba vacío, todo el equipo seguía en el área de boxes, lo que hacía que las preguntas resuenen con mas sonido.
¿Cómo su última pelea? ¿No es que ella era la única opción para el puesto? ¿No es que se había dado todo de manera casi automática?
Sus pensamientos solo fueron interrumpidos cuando pasó por el pasillo que atravesaba las salas de pilotos. Desde la puerta con el distinguido número 16, se escapaba una voz familiar.
-...claro, sí, me llevaba puesto a Pierre en el medio y los dos quedábamos afuera ¿no?
-No seas gallina, Charles, tranquilamente podrías haber atacado más. Y lo sabes.
El comentario la hizo detenerse e inclinarse un poco hacia la pared. La segunda voz, lejos de ser la de un ingeniero o el propio jefe de carreras, tenia el inconfundible acento de Francesca.
-¿Qué es exactamente lo que esperas que haga, Francesca?
Isabella tuvo que agudizar su oído para escuchar ese suspiro lleno de desgaste. Chequeó que a su alrededor no hubiese nadie -al parecer todos estaban muy concentrados en la premiación- para dar un paso más hacia la puerta y acercar su oreja.
-Que ganes, Charles. Que vuelvas al podio- uf, qué golpe bajo.
Isabella supuso que el piloto hizo alguna cara porque después de un prolongado silencio, la francesa retomó la charla.
-¿Sabes que esto te lo digo por tu bien, no? Porque me preocupo por vos, porque quiero que seas un ganador, mon amour.
Isabella rodó los ojos, con una pareja así, quien necesita enemigos...
-¿No te enseñaron que es de mala educación escuchar conversaciones ajenas?- la voz a su espalda la hizo saltar de un susto.
-Mierda, Dante, me vas a matar de un infarto- susurró en un grito.
El italiano estaba parado detrás de ella, con una actitud divertida.
-¿Que es lo tan interesante que estamos escuchando?- inquirió.
Pero Isabella lo hizo callar con un movimiento de la mano y volvió a pegar la oreja a la pared, solo para encontrarse con que...¿se estaban besando? ¿Tan rápido? ¿En el medio de una oficina?
De inmediato, dió un paso para atrás con una mueca de asco y se alejó de esa habitación.
Esperó que Dante la siguiese pero cuando miró por su hombro, el joven, por suerte, había desaparecido.
Ese domingo literalmente había sido una caja de sorpresas.
-
acaso escribí este capitulo solo para expresar mi amor a sebastian vettel? QUIZAS, perdón pero es que lo amo, es de los primeros que seguí cuando empecé a ver f1 y siento que es posta una buena persona
igual les juro que este cap no es relleno, tiene cosas importantes para el desarrollo de la trama (?)
en fin, espero que de todas maneras lo disfruten y dado que ayer APROBÉ ESE EXAMEN DEL MAL QUE SE LLEVÓ MUCHO DE MÍ (gracias por las buenas vibras♥), no veo la hora de ponerme a escribir esta fic para picarla. Como dirían en el barrio: se vienen cositas...
no se olviden de votar y comentar
un besi♥
pd: hoy es el día del amigo (al menos en arg) asi que les deseo un día lleno de amor y cerveza con la gente que aman♥
pd2: mädchen es "niña" en aleman
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red || charles leclerc
Fanfic«No te soporto Leclerc, te juro que no te soporto más» Isabella, la nueva oficial de prensa de Charles Leclerc, tendrá que no solo hacele frente a un trabajo con mil cosas por aprender sino también a su piloto, que esfuerza en hacer imposible su rut...