«No te soporto Leclerc, te juro que no te soporto más»
Isabella, la nueva oficial de prensa de Charles Leclerc, tendrá que no solo hacele frente a un trabajo con mil cosas por aprender sino también a su piloto, que esfuerza en hacer imposible su rut...
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| ¿buenos días? ¿qué tienen de buenos?
-Mieeeeeerda- exclamó Isabella al ver la hora en su celular mientras bajaba del auto en el circuito Paul Ricard.
Se le había hecho tarde. No tanto como para esperar una llamada de atención pero sí lo suficiente para tener que atravesar el paddock corriendo.
Los días de prácticas siempre empezaban temprano. Y más aquel jueves especifico en el que filmarían el C² Challenge en francés.
Isabella estaba hecha un desastre. Y no es que se había quedado dormida (¡para nada!), pero cuando pasas de dormir en una cama chica en tu pequeño departamento en Italia a descansar en un somier en un 5 estrellas en Francia, escuchar el despertador no es una opción probable.
Pero ahora, lamentaba las consecuencias. Estaba corriendo por entre los equipos, con el pelo en una cola alta, la mochila y la cartera en ambas manos y estaba segura que una de las piernas del pantalón rojo le había quedado mal plegada.
El celular que sostenía estratégicamente una mano empezó a sonar. Intentó deslizar el dedo por la pantalla para responder sin aminorar la marcha (ni tenía que ver la pantalla para adivinar quien la llamaba) pero el estúpido sol la encandilaba de tal manera que no podía ver nada, ni siquiera los cables que estaban en el piso...
-¡La puta madre!- exclamó entonces cuando se tropezó y todo lo que cargaba voló al suelo.
Irse de frente al piso, qué mala manera de empezar el día.
-¡Isa ¿estás bien?!
Que el actual líder del campeonato (y tu crush) te vea desparramada en el piso, qué terrible y horrorosa manera de continuarlo.
Se levantó como pudo, sintiendo las manos del holandés en sus antebrazos para ayudarla a estabilizarse pero evitando a toda costa el contacto visual.
-No hay mucha gente alrededor, sácate el barbijo, toma aire...¿querés agua?- preguntó Max.
Isabella estaba encorvada con las manos en las rodillas. Negó enfáticamente con la cabeza mientras recuperaba el aire. No había ni una chance que se sacara el barbijo. No cuando ese día se había maquillado solo media cara, de la nariz para arriba. Ya estaba lo suficiente avergonzada.
Max soltó una risa en un suspiro.
-¿Alguna vez te voy a ver sin barbijo?- continuó mientras juntaba la cartera y la mochila del piso. Isabella volvió a negar con la cabeza. -¿Ni siquiera afuera de todo este circo?
La muchacha movió la cabeza para mirarlo. El piloto, que ese día vestía los jeans mas chupines que nunca y no llevaba gorra, le sonreía cálidamente.
Momento...¿¿acaso eso era una indirecta para una cita??
-Creo que necesito un poco de alcohol para eso...-Max habló e Isabella se ruborizó al darse cuenta en que lo había dicho en voz alta.
