«No te soporto Leclerc, te juro que no te soporto más»
Isabella, la nueva oficial de prensa de Charles Leclerc, tendrá que no solo hacele frente a un trabajo con mil cosas por aprender sino también a su piloto, que esfuerza en hacer imposible su rut...
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| un poco de amor...holandés
-Francesca, Isabella, Isabella, Francesca- exclamó Leclerc parándose en medio de ambas muchachas.
Isabella había puesto la sonrisa mas falsa que la ira en su cuerpo le permitía. Extendió su mano con las comisuras de los labios tiesas y la mente repitiéndole en loop que sin dudas era una noche de mierda.
Había varias razones por las que desde antemano Francesca Dupont Blanc le caía mal.
En principio, tenía doble apellido. ¿Quién tiene doble apellido en este mundo? La gente horrible nomás. Aunque Isabella que un poco eso corría por cuenta de ella.
Sin embargo, otra razón - posiblemente la más importante- era que aún cuando estaba ausente, aún sin haberla conocido, Francesca era insoportable. Y por ende, Charles lo era con ella. Desde el día uno, el monegasco había dejado en claro que su novia lo acompañaría a todas las carreras, que la francesa necesitaba lugares excepcionales y que todo contenido publicado por ella debía ser reposteado.
-¡Al fin conozco a la flamante oficial de prensa!- respondió el saludo con una sonrisa que Isabella notó igual o más falsa -¿Y... te vas acostumbrando a este mundo?
Isabella rio entre dientes ante el tono condescendiente.
-Sí...hace un par de años que trabajo con Ferrari así que...
-¡Pero mirá qué piloto de nivel tenés este año!- la interrumpió tirando sus brazos alrededor de Leclerc.
Esta vez, Isabella ni siquiera pudo fingir la risa. ¡Había trabajado con Vettel, mirá si alguien le iba a hablar de nivel!
Charles rio algo nervioso, ante el silencio incomodo que los había rodeado. Isabella aprovechó para destilar un poquito de su odio. -No me avisaste que entrabamos por otra puerta, no pudimos hacer las fotos.
Para su sorpresa, el monegasco se mostró atónito y, a juicio de Isabella, parecía genuino. Fue Francesca quien rápidamente tomó la palabra.
-¡Pero Isabella ¿No esperarás que Charles se encargue de tu trabajo, no?! ¿Qué sigue, que vos manejes el domingo? ¡Ja, ja!
La muchacha volvió a poner la cara en blanco. Una parte de ella buscaba mirar a una cámara invisible, a un publico omnipresente que se muestre cómplice como en The Office.
-¿Podemos hacer las fotos, por favor? Te juro que es rápido- le rogó directamente a Charles.
Pero de nuevo, el piloto se quedó con las palabras en la boca al ser interrumpido por su novia: -¿Por qué no vamos primero a saludar a Hamilton? ¡Le haría un favor a tu imagen que te vean con equipos de nivel!
Isabella no pudo evitar soltar una risa, que salió más como un bufido. Para novias así quien necesita enemigos.
Esperó que Leclerc le dijera algo, que al menos la fulmine con la mirada, pero no sucedió nada. El piloto solo asintió levemente con la cabeza.
