La casa estaba totalmente equipada, contenía de todo, muebles, dinero, ropa, electricidad, agua... de todo menos comida y claramente Sara tenía un hambre atroz, salió de casa dispuesta a buscar un supermercado. Aprovecharía el momento para volver a ver a Aidan.
Din-Don
El chico no tardó en abrir la puerta la desilusión plasmada en su rostro -¿Qué necesitas?
-Un supermercado -dijo tímida deslumbrada con su belleza.
-Sigue recto dos calles y después gira a la derecha -suspiró- ¿Algo más?
-¿Me puedes acompañar?
-No -Aidan le cerró la puerta en las narices ¿Desde cuándo era tan desagradable? En redes se veía muy amigable.
Siguiendo las indicaciones, llegó al gran supermercado en un santiamén. Estaba un poco vacío para su parecer, fue directa al pasillo de la comida de fácil preparación. Mientras llenaba la cesta de Yatekomos de todos los sabores no se paraba de preguntar que quién le atendería en caja, no había visto a nadie en todo el supermercado, su pensamiento fue contradicho por el sonido de dos voces masculinas en el pasillo siguiente.
-Tenemos nueva vecina -dijo uno de ellos ¿Estaban hablando de Sara?
-Si y esta loca por lo que dice Aidan -rieron
-Cállate y llena la cesta, como buenos vecinos tenemos que darle la bienvenida.
Por el agujero de los estantes pudo observar que uno de los chicos era moreno su acompañante rubio oscuro, sus voces le resultan ligeramente conocidas.
-¿Crees que le gustaran las olivas? -preguntó el chico rubio.
-Odio las olivas -susurro Sara.
-No sé, tú mete de todo, tenemos que dar buena impresión -contestó el moreno.
Tenía que salir de allí rápido y llegar a casa, no le apetecían presentaciones con desconocidos, ya lidiaría con ellos en casa.
*Toca la campana, enseguida vendrán a atenderle* Le indicaba un cartel al llegar a caja.
Cogió la campana nerviosa y empezó a agitarla varias veces, más de las necesarias.
-YA VOY YA VOYY -gritó alguien- NO HACE FALTA FUNDIR LA CAMPANA -odiaba esa campana.
En cuestión de segundos un chico con pelo largo ligeramente engominado apareció, Sara lo miró con los ojos muy abiertos.
-¿Tengo algo en la cara? -preguntó palpándose los mofletes.
-¿Joe? -preguntó ella
-El mismo -señaló la placa de su uniforme sonriendo de oreja a oreja.
-Esto es un sueño.
-Yo creo que no -vaciló
-Es imposible que haya conocido a Aidan Gallagher y a Joe Keery el mismo día -dijo ella como si el no estuviera enfrente.
-Me siento realmente alagado -puso una mano en su pecho- ¿Vas a querer eso o no?
Miro la cesta que tenía en la mano -emm si disculpa.
-¿Eres nueva verdad? -la miró- no me suena tu cara.
-Por lo que parece... sí.
-Te puedo presentar a gente, aquí todos somos una piña -sonrió- hacía mucho que no veía a una chica.
-¿Sois todos chicos? -la sorpresa resaltando en su voz
-Si, todas se fueron a no sé donde, algunos lo llevamos bien otros... no tanto -esto último lo dijo con voz temerosa- Lleva cuidado con Benjamin, él fue el más afectado, la mayoría del tiempo está merodeando por la ciudad, hablando solo. Está desesperado.
-¿Benjamin?
-Inevitablemente lo conocerás, lleva mucho cuidado con el -Joe la miraba con clara preocupación.
Pagó sus alimentos y salió de la tienda, pero Joe la llamó antes de que pudiera alejarse demasiado.
-Perdona, espera -la llamó mientras corría hacia ella- ¿Cómo te llamas?
-Sara -lo miró atacada- Sara Ros
-Joe Keery -sonrió tímido- bueno ya conocías mi nombre que estúpido ¿Nos podemos intercambiar números? Por si necesitas algo o quieres que te muestre la ciudad.
Joe Keery le había pedido el número a Sara, no podía estar mas feliz una gran sonrisa apareció en sus labios.
-Por supuesto -Joe sonrió como un niño
-Espero que nos veamos pronto Sara -le guiñó un ojo volviendo al interior del supermercado. Las piernas de ella se debilitaron de la emoción.
-Por favor que este sueño no acabe -suplicó con emoción.
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Deseo hecho realidad
FanfictionSi el universo te da la oportunidad de cumplir tu mayor deseo ¿Qué pedirías? Una pregunta muy difícil de responder para cualquiera, pero no para la protagonista de esta historia, lo tenía tan claro que no se paró a pensar en sus consecuencias. -De...