Capítulo 10

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Fui andando lentamente detrás de Benjamin, no quería tenerlo muy cerca. Cada vez faltaba menos para llegar a la casa de donde me escapé.

-¿Tienes la excusa pensada? -me preguntó. 

-Sí -hablé sin ganas- me fui porque me dio vergüenza y sin querer me perdí-parte de eso era verdad.

-Bien y como actuaras. 

-Amable y cariñosa.

Benjamin me miro -creo que estas lista, ya estamos aquí.

Miré la enorme casa, mi vista se dirigió a la ventana donde salté para lograr escapar, he vuelto al punto de partida.

-Yo me voy -me miró con esos bonitos ojos que tiene. SARA NO, ES MALA PERSONA- cuando gire la esquina toca la puerta, no me pueden ver aquí... y menos contigo. 

-Vale, adiós.   

-No me falles Sara -su expresión se endureció- procura no enamorarte. 

¿No enamorarme de mis crush? Imposible, que cosas dices por favor.

Asentí con la cabeza.

-Nos vemos dentro de una semana -dijo por ultima vez antes de darse la vuelta e irse.

Miré al frente, observando la gran casa que tenía ante mis ojos.

-Acompáñame Diosito -murmuré.

Empecé a acercarme a la puerta lentamente... muy lentamente, elevé mi puño con la clara intención de tocar la puerta pero me quede con el  brazo levantado y el puño a varios centímetros de la puerta, no me veía capar de tocar.

-Que le den... -me di la vuelta- que te den Benjamin, si quiere información que la consiga por sí mismo.

Me alejé de la entrada varios metro dando leves pisotones cuando escuche la puerta abrirse.

Me paré en seco, mi corazón se aceleró como nunca antes lo habría hecho. La persona que había abierto la puerta no había dicho palabra y yo aun seguía de espaldas a él, me di la vuelta para ponerle cara a mi descubridor.

Un Dylan ligeramente sorprendido me miraba silencioso desde la puerta.

-Emm -murmuré- hola -le dediqué una sonrisa super falsa enseñando todos mis dientes

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-Emm -murmuré- hola -le dediqué una sonrisa super falsa enseñando todos mis dientes.

No contestó, solamente me seguía mirando asombrado, se nota que no se esperaba encontrarme ahí. 

Después de lo que se me antojó un siglo de incomodo silencio habló.

-¿Dónde has estado? -preguntó lentamente con claro asombro en su voz. 

-Me fui porque me dio vergüenza y me perdí -dije rápidamente sin pensar en las palabras que salían por mi boca, se notaba desde lejos que me había preparado esa estúpida frase. 

Deseo hecho realidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora