Capítulo 27

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*Tres horas mas tarde*

Sara

Perdí el equilibrio al sentir el gran temblor que derrumbaba las casa a mis lados. Mis rodillas estaban muy doloridas por caídas anteriores. 

Sara, para. 

Mi yo interior ya se había rendido, lo había perdido todo, absolutamente todo. Ya no me quedaba nada en lo que agarrarme, estaba sola.  

No sigas avanzando, ya no hay nada que hacer.  

Cerré los ojos lo mas fuerte que pude y me volví a poner en pie. A mi derecha la casa de Asa y Michael se derrumbaba, dejando apenas algunos cimientos intactos. 

NO HAY NADA QUE HACER 

Seguí avanzando, ignorando las voces de mi cabeza. Cuando de repente fui interrumpida por lo que antes era el cielo azul, se comenzó a desquebrajar, como si estuvieras rompiendo una fina hoja de papel. 

Se acabó.

 *Dos horas antes* 

Narrador omnisciente 

-¡CORRE COMO UN COBARDE AIDAN! -gritó Evan a todo pulmón mientras corrían a toda velocidad por las oscuras carreteras. 

-QUE... QUE... ¡QUE TE JODAS EVAN! -le contestó Aidan abriendo la boca para aspirar grandes bocanadas de aire. 

Detrás de ellos les perseguían cinco errores con sed de destrucción, uno de ellos casi tumba a Aidan por la espalda. 

(Errores: apodo inventado por Aidan y Evan para esos sujetos que estaban idos de la cabeza)

-¡MUERTE! -gruñían los perseguidores al unísono, como si estuvieran creados para la destrucción. 

-¡SI NO TE HUBIERAS PUESTO A HACER RUIDOS ESTO NO HUBIERA PASADO! -continuó gritando Aidan. 

-¡QUÉ RUIDOS, SI LO ÚNICO QUE HICE FUE ESTORNUDAR! -a Evan le comenzaba a faltar el aire- ¡Y AHORA CÁLLATE Y CORRE!  

Gracia a los sonoros gritos que los dos compañeros pegaban llamaron la atención de dos errores más, que aparecieron de repente, interponiéndose en el camino de Evan. Al intentar esquivarlos tropezó cayendo bruscamente al suelo. 

Aidan se giró apresurado yendo a su rescate -¡LEVANTA TÍO, LEVANTA QUE VIENEN! -le insistía tirando de su brazo para ayudarlo a incorporarse.

Siguieron corriendo cuesta abajo directos a la casa de Sara, Aidan tiraba de la mano de Evan que cojeaba con mucha dificultad, cuando los errores estaban a punto de capturarlos la ciudad dio una tremenda sacudida, Evan calló al suelo desplomado seguido de los siete errores que los perseguían.

Aidan se paró de golpe al notar el tirón de Evan al caerse, se volteó confuso mirando a su compañero.  

-¿Evan estás bien? -preguntó con cierta preocupación.  

No contestó.

Se acercó a él, extrañado, por la repentina caída de Evan y los errores.

Al voltearlo se percató de que su piel estaba fría como el hielo, y comenzando a optar un color verdoso muy extraño. 

Frunció el ceño preocupado y se acercó a los siete perseguidores que cayeron desplomados a la vez que Evan. 

Estaban fríos y verdes como él. 

Un escalofrío recorrió el cuerpo de Aidan. 

-Y ahora que hago - murmuró acercándose de nuevo a Evan. 

Deseo hecho realidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora