Capítulo 18

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Actualidad

Unas horas más tarde, después de la ida de Charlie y Harrison en busca de Sara, Asa decidió salir e ir al parque donde solía pasar las tardes en solitario, solo él y su consola.

Cuando llegó se sentó en el columpio, no podía evitar recordar la primera vez que conoció a aquella chica y tampoco podía olvidar aquella propuesta tan repentina que le hizo.

Agitó su cabeza intentando que todos esos recuerdos se fueran y prestar atención a su juego pero esa concentración no llegó a durar más de cinco minutos.

Un ruido metálico provocó la perdida de una de sus vidas lo que hizo que Asa levantara la cabeza con el ceño fruncido en busca del culpable.

Al otro lado de la verja del parque el chico más temido por todos miraba a Asa fijamente.

Asa se quedó en silencio observando como Benjamin se encendía lentamente un cigarrillo y como todo el humo se envolvía alrededor de él

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Asa se quedó en silencio observando como Benjamin se encendía lentamente un cigarrillo y como todo el humo se envolvía alrededor de él. Ese gesto le recordó a uno de los peores días de su vida.

-¿Qué hace él aquí? -se preguntó susurrando entre dientes aun sin apartarle la mirada.

Al ver que nada pasaba la incomodidad terminó reinando, se levantó del columpio dispuesto a volver a casa y alejarse del famoso Benjamin.

-A donde crees que vas -dijo por primera vez frenando a Asa en seco- tengo que hablar contigo.

Se giró para mirar a Benjamin que aun seguía al otro lado de la valla- me voy a mi casa y no quiero hablar contigo -dijo sin más, la separación entre ellos le daba a Asa una peligrosa valentía.

Sin más rodeos se volvió a girar para ir caminando hasta su casa. Mientras se alejaba fue escuchando el metal de la valla, cada vez más fuerte hasta que un golpe seco terminó por finalizar los ruidos volviendo ese silencio sepulcral.

Asa siguió su camino pero un mal presentimiento le impedía estar tranquilo, no escuchaba ningún ruido a sus espaldas pero por pura precaución giró la cabeza aun sin para de caminar, y ahí estaba, a poco metros siguiéndolo de muy cerca, se volvió a girar rápidamente acelerando el paso, el pánico le envolvió cuando comenzó a escuchó la respiración agitada de Benjamin a sus espaldas.

Le estaba siguiendo y esta vez lo tenía muy cerca.

Aumentó el ritmo de sus pasos considerablemente, los pisotones en el asfalto se empezaron a hacer notorios, su corazón empezó a dar fuertes golpes en su pecho, no golpes de cansancio sino de miedo.

Pensó en miles de maneras de confrontarlo:

¿Girarse y hablar como personas civilizadas? Benjamin no es civilizado.

¿Girarse y golpearle? No, demasiado arriesgado.

¿Correr como un cobarde? TILÍN TILÍN.

Deseo hecho realidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora