Capítulo 22

101 26 5
                                    

Le comenté la idea de Alex a Rashid, él también consideró que era la mejor opción que teníamos. Alex se encargó de convencer a Javier de hacer un partido el fin de semana y Rashid y yo nos encargamos de convencer a Ozan de escaparse para jugar, con el argumento de que "sería nuestro último partido".

No le habíamos dicho a Ozan la idea, eso fue por Rashid, pues él, conociendo a nuestro amigo, supo que, si se enteraba que estábamos haciendo un vídeo de él para mostrárselo a su padre, él no estaría de acuerdo, y era capaz hasta de bajar su rendimiento en el juego.

Entonces, ya cuando era sábado, todos nos dirigimos a la cancha. Alex, Rashid y yo, nos aseguramos de tener nuestros móviles bien cargados de batería para no tener problemas. Ahora la cosa era ¿Cómo hacíamos para grabarlo, si nosotros estábamos jugando?

Rashid dejó su móvil oculto entre sus cosas, grabando y apuntando a la cancha, pero temíamos que, si Ozan hacía algo digno de ser grabado, éste no fuese captado por la cámara.

Empezamos el juego, algo tensos.

Y yo me sentí aún más preocupado cuando, a los pocos minutos de comenzado el partido, vi a Alex llevarse las manos a la cabeza.

El juego se detuvo un momento cuando un jugador de mi equipo fue derribado por uno del equipo de Alex. Aproveché ese momento para acercarme a Alex. Curiosamente, Javier también se le acercó, él también había visto lo que yo.

—¿Estás bien Alex? —Le preguntó.

—Estoy algo mareado —Dijo con la mirada algo perdida.

Se estaba tambaleando tanto que, de pronto, comenzó a caerse hacia mí. Javier y yo reaccionamos rápido y, afortunadamente, alcancé a evitar que se desplomara en el suelo. Alex se quedó recargado en mi pecho.

—¡Alex! —Exclamé asustado.

—Tienes que descansar —Dijo Javier, luego se dirigió a mí—, llévalo a la galería, si sigue jugando así se va a desmayar.

—Estoy de acuerdo —Miré a Alex—, vamos ¿Puedes caminar?

—Sí...

Comenzamos a caminar hacia la galería, yo tomándolo por los hombros en caso de que volviera a perder el equilibrio. Llegamos y lo ayudé a sentarse junto a su mochila, luego me arrodillé frente a él, haciendo que me mirara a los ojos.

—Alex ¿Está todo en orden? ¿Qué fue eso? —Pregunté preocupado.

Él me miró de forma traviesa, de pronto todos sus síntomas habían desaparecido. Yo lo miré confundido.

—Estoy bien, tranquilo —Dijo, en un tono casi risueño—, sólo buscaba una excusa para salir de la cancha y poder grabar a Ozan.

Abrí mis ojos, más que sorprendido. Con lo que le gustaba jugar, Alex realmente fingió sentirse mal para ayudar a mi amigo. No podía creerlo.

Lo tomé con fuerza del rostro y dejé un rápido y fuerte beso sobre su mascarilla, tal como él hizo aquella noche.

—¡Eres un genio! —Exclamé en voz baja, sonriendo— ¡Te debo una!

—Luego me la pagas con una cita —Dijo, y podría jurar que bajo esa mascarilla estaba sonriendo.

—Encantado —Dije sincero— ¿Te veo luego del juego?

—Claro —Ambos nos quedamos mirando un momento, en silencio—, ahora ve, te están esperando.

—Cierto —Reí. Me puse de pie y dejé una última caricia en su mejilla—, nos vemos luego.

—Buena suerte —Exclamó mientras volvía a la cancha.

El juego continuó y, justo como lo habíamos planeado, Ozan sacó a relucir sus habilidades de defensa, incluso metió un gol.

De vez en cuando me volteaba a la galería a ver a Alex. Cualquier persona que lo viese diría que estaba absorto en su móvil, chequeando probablemente alguna de sus redes sociales. Sonreía ante eso, pues sabía que él estaba grabando todo lo que estaba pasando, de una forma muy discreta. Lo adoraba.

Tras la mascarilla (Staxxby)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora