Capítulo 11

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Se sintió como la semana más lenta que recuerde, durante esos días podía jurar que todo se movía en cámara; las personas, los autos, incluso mis amigos.

En fin, finalmente llegó mi tan ansiado sábado, me vestí con mi ropa deportiva y me fui, puntual, a la parada de autobús. Ozan me había dicho que me esperaría en las gradas, pero cuando llegué, él no estaba. No me sorprendí, sólo fui a la grada y me senté a esperarlo.

Estaba absorto en mi móvil cuando lo sentí llegar. Se puso frente a mí en silencio.

—Se te hizo algo tarde ¿No? —Dije levantando la cabeza. Enseguida me arrepentí de hacer ese comentario, pues quien estaba frente a mí no era Ozan, sino Alex— ¡Perdón! Creí que eras Ozan.

—Descuida ¿Me puedo sentar? —Preguntó con su tono de voz tan frío, ese que me fascinaba.

—Sí, sí, sí, claro —Dije rápidamente, haciéndole un lado y sintiéndome estúpido por eso, pues tenía toda la grada para sentarse.

Aún era temprano, faltaba que llegaran varios chicos. Pero allí estaba él, con su mirada penetrante, su mascarilla negra, su mochila, una sudadera holgada que le quedaba adorable, y yo no sabía qué decirle.

—Alex ¿No es así? —Dije. Me sentí un tonto.

—Sí ¿Cuál es tu nombre? Me olvidé de preguntártelo la semana pasada.

—Soy Frank —Sonreí—, es un placer.

—Igualmente —Dijo, serio, como siempre— ¿Cómo está tu herida?

—¡Bien! —Respondí, llevando mi mano al lugar donde me había golpeado— Está mucho mejor, gracias por tu ayuda.

—No fue nada, me alegra que esté mejor.

Silencio. Realmente quería saber más de él, pero ahora que lo tenía al lado, todas las preguntas que tenía se formatearon de mi cabeza.

—¿Juegas por jugar o lo haces de entrenamiento como Ozan? —Preguntó de pronto.

—Oh no, yo sólo juego por diversión, no aspiro a ser futbolista profesional como él —Respondí, sintiéndome algo nervioso— ¿Qué hay de ti?

—Me tomo el juego en serio, como si fuese de campeonato, pero mi meta tampoco es ser futbolista.

—Lo comprendo —Lo miré con curiosidad— ¿Desde cuándo conoces a Ozan?

—Hace un par de años tal vez —Me miró él a mí, haciéndome sentir vulnerable—, Javier y él se conocían y de vez en cuando arreglaban partidos. Se nota que tiene potencial para las grandes ligas.

—Claro que lo tiene —Sonreí, orgulloso de mi amigo— ¿Y cuál es tu meta? ¿Cuál es tu objetivo en la vida?

Él miró el suelo un momento, pensando su respuesta. En ese momento desvié mi vista hacia la entrada de la cancha y noté que Ozan estaba llegando. Me puse nervioso, adoraba estar con mis amigos, pero en ese minuto sólo quería estar a solas con Alex.

Ozan me vio a lo lejos y sólo se quedó hablando con otros chicos. En ningún momento hizo el amague de acercarse. Suspiré internamente, sabía que en ese momento Ozan estaría creyendo que estaba enamorado de Alex y no quería acercarse a arruinar el momento, lo conocía tan bien.

—Creo que ya no tengo uno —Dijo en un tono de voz bajo, pero igual de indiferente, como si ya hubiese asimilado lo que me decía. Lo miré confundido—. Es decir, antes de todo esto soñaba con viajar, descubrir el mundo... pero luego el mundo se fue a la mierda y muchos sueños de muchas personas también.

Lo observé con curiosidad, con sorpresa. Su mirada había cambiado, sus cejas estaban fruncidas, estaba frustrado. Me incliné hacia adelante, buscando sus ojos. Él levantó la mirada hacia mí, y sentí que debía hacer algo.

—No tiene que ser así —Dije sinceramente—, es cierto que viajar es muy difícil ahora, sobre todo en calidad de turista, pero no es imposible ¿Sabes?

—Claro que lo es.

—No, no es cierto —Le sonreí. Me sentí desfallecer cuando su mirada volvió a cambiar, ahora expresaba una pequeña pizca de esperanza—, te exigen varios tests de contagio, y tienes que estar seguro de que, en caso de que te atrape una cuarentena en el lugar donde estás, puedas subsistir. Pero una vez arreglas eso, puedes hacerlo.

—¿Cómo estás tan seguro?

—Soy el único español que trabaja en Kabak, un restaurant de comida turca, hay muchas veces que ellos tienen que volver a Turquía por diferentes razones y tienen que hacer todos estos trámites y tomar sus seguridades.

En ningún momento dejé de observar sus ojos, y curiosamente, el tampoco dejó de verme. Sentí una sensación cálida en mi pecho al ver su mirada realmente expresando lo que él sentía.

—Bueno, siendo así... —Bajó la mirada, y noté, en el espacio de piel que se ve desde su oreja hasta su mascarilla, que estaba levemente sonrojado. No pude evitar sonreír, completamente enternecido— tal vez deba intentarlo.

—Claro que sí, pareces un chico muy fuerte, determinado, seguro que logras viajar por todo el mundo —No pude evitar decir el comentario.

Pero jamás me arrepentiría de haber hecho ese, pues oí una risita nerviosa venir de él. No podía estar más contento, ni siquiera sabía describir cómo me sentía. Hubiese sido capaz de agarrarlo del rostro, arrancarle la mascarilla y besarlo ahí mismo.

Desvié la mirada rápidamente apenas ese pensamiento pasó por mi cabeza.

—Perdón, no quise sonar atrevido.

—No te preocupes —Me miró—, tal vez necesitaba oír eso.

Solté un suspiro, sonriéndole, y él estuvo a punto de hablar de nuevo.

Pero oímos a Javier llamándonos desde la cancha.

—¡Chicos, ya vamos a empezar! -Exclamó, y me di cuenta que la gran mayoría de jugadores ya estaban calentando y elongando.

—¡Ahora vamos! —Exclamó Alex de vuelta— Bueno Frank, espero que no haya rivalidades por estar en equipos opuestos.

—No, claro que no —Sonreí.

Él se puso de pie para quitarse su sudadera, pero mientras lo hacía, pasó a llevar su playera, dejando ver su abdomen.

Rápidamente desvié la mirada, no quise verlo, no podía, eso sería darles la razón a mis amigos y no quería hacer eso. Ellos no tenían la razón.

—Te veo allá —Dije sin mirarlo mientras él guardaba su sudadera.

Troté hacia Ozan, sintiendo calor en mis mejillas. Cuando llegué a su lado él me sonrió, pero yo no pude, estaba confundido.

—¿Todo bien con Alex? —Preguntó.

—Sí, sí...

—Perdón por no saludar, parecían muy cómodos hablando juntos, no quise entrometerme —Explicó.

—Está bien, nosotros sólo... —Dije, aún algo alterado.

—¿De verdad estás bien? —Volvió a preguntar.

—Sí, lo estoy —Finalicé bajando la mirada con el ceño fruncido.

Él asintió con la cabeza sin cuestionar. Ambos tomamos nuestras posiciones en el campo y comenzamos el juego.


◼◻◼◻

Noticia: Ya he terminado de escribir la historia, es decir, la historia que ustedes están leyendo ahora ya tiene punto final en mi computador. Esto quiere decir que ya no necesito tomarme los fines de semana. 

A partir de esta semana, subiré un capítulo al día, todos los días.

Eso :3 espero que les esté gustando.

Los quiero <3

Tras la mascarilla (Staxxby)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora