Capítulo 32

111 19 4
                                    

Abrí mis ojos, alarmado, creyendo por un momento que no había oído mi despertador, pero no tardé en recordar que el restaurant estaba cerrado por la cuarentena, entonces solté un suspiro y volví a cerrar mis ojos, sin dormirme de nuevo.

Aún con los ojos cerrados, recordé lo que había ocurrido la noche anterior, puesto que no tenía mi cabeza apoyada en mi almohada. Solté una pequeña sonrisa y abrí los ojos. Levanté mi cabeza con cautela y miré a Alex aún dormido.

Sentí como una mano que tenía reposando sobre mi cabello se deslizó hasta quedar sobre mi hombro inerte, su otra mano estaba sobre mi brazo. Su rostro se veía tan pacífico, ligeramente caído hacia el costado, respirando con calma. Sonreí enternecido.

Noté que en el costado derecho de su cuello tenía algunas marcas que le había dejado anoche. Mi sonrisa cambió a una más traviesa, al ver aquello.

Comencé a dejar pequeños besos en su pecho y cuello, intentando despertarlo con sutileza. Y pareció dar resultado, pues lo vi fruncir levemente el ceño, al mismo tiempo que su garganta dejaba escapar un tenue y somnoliento gemido.

Abrió sus ojos con pereza, y lo primero que vio fue a mí dejando besitos en su hombro. Lo oí soltar una pequeña risa y sentí su mano subir hasta mi nuca.

—Buenos días Frank —Dijo, aunque su voz sonó extraña, él también lo notó, pues aclaró su garganta.

—Hola pequeño —Sonreí, dejando un beso en sus labios.

—¿Cómo dormiste? —Preguntó acariciando mi cuero cabelludo.

—Excelente —Dije volviendo a atender su cuello— ¿Qué hay de ti?

—Bien —Respondió con simpleza, volviendo a aclarar su garganta y sorbiendo su nariz—, sólo un poco aplastado —Rió.

—Lo siento —Reí también, saliendo de encima de él, llevándome sin querer la sábana.

Alex se dio un momento para estirarse, sin pudor de estar aún desnudo frente a mí, me sentí algo culpable al notar que en sus caderas tenía mis manos marcadas como moretón.

Pero mi atención se desvió cuando Alex aclaró su garganta una vez más, mientras llevaba sus manos a su frente.

—¿Te sientes bien? —Pregunté.

Alex frunció el ceño extrañado.

—Sí... —Respondió, pero no sonó convencido— no, no me siento bien, me duele la cabeza.

Lo miré en silencio, pensé en ir a buscar un trapo con agua helada para ponérselo en la frente, pero me preocupé aún más cuando de pronto comenzó a toser. Alex puso su antebrazo frente a su boca y se volteó.

Cuando dejó de toser ambos nos miramos extrañados. De pronto, él abrió sus ojos ampliamente mientras soltaba un jadeo preocupado, rápidamente se puso de pie y corrió al baño a encerrarse. Pensando lo mismo que él, intenté detenerlo, pero él fue más rápido.

—¡Frank, no te acerques! —Gritó al otro lado del baño.

—¡Alex tranquilo! —Respondí yo— ¡Quizás no sea nada grave!

—Frank, por favor, aléjate —Dijo con la voz temblorosa, probablemente estaba llorando.

No sabía qué hacer, pero si de algo estaba seguro era que era el momento preciso para no alejarme de Alex.

Tras la mascarilla (Staxxby)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora