¿Qué pensaste que sería de mí? +18 COMPLETA {Cazadores 1}

Subastados

Aquí me tienes una vez mas con una hoja de papel y un bolígrafo en mis manos escribiendo nuevamente una carta dirigida a ti. Siendo esta testigo presencial de los sentimientos, recuerdos y emociones que quedan inmortalizados en mis letras plasmadas.

Te has convertido en mi único soporte para sacar todos los sentimientos, eres el sustituto perfecto para no llorar y ahorrarme todo el desgaste de lágrimas innecesarias. Mis palabras representadas en todas las lágrimas que no derramo, eres mi intimidad, el que resguarda mi alma y todos los demonios que me atormentan.

Ya eres una parte importante de mí, desde que inicie a plasmar mis letras aquí mi vida ha cambiado. Te he confesado desde mis desamores hasta el dolor que acompaña mi corazón. Me siento frágil, no resisto un golpe más, estoy a un paso de caer en miles de pedazos.

He tratado de mantenerme fuerte todo este tiempo, los personajes de mis libros me han enseñado a ser fuerte y no dejarme vencer tan fácil, lamento tanto decepcionarlos, pero no soy eso que ustedes creen. Se los juro que he tratado de ser fuerte, Dios sabe que si, pero no puedo más. Quiero dejar de existir, no ser nada y no sentir nada.

¿Cuándo deja de doler? ¿Cuándo la situación mejora? ¿Cuándo vivo esa felicidad y plenitud de la que tanto hablan? ¿Cuándo malditasea, cuándo?

Sostenme una vez más, se mi soporte por una última vez. Una vez más, es lo único que te pido.

Anónimo. 

Tal vez no pueda verte todos los días, abrazarte, mirarte frente a frente, pero siempre te llevo en mi corazón. Siempre te tengo presente en mi vida, siempre pienso en ti a cada momento. Aunque no te pueda ver te quiero con locura y eso nunca cambiará.

—pielcanela.

*****

Esta siendo una mañana preciosa, el sonido de las olas del mar me trae una paz inmensa. El clima cálido me da una sensación de agrado, la brisa fresca golpea mi rostro y sonrío ante la sensación. Esto es justo lo que necesitaba, luego de semanas de estrés y no tener más pistas sobre los mellizos merezco tener un día libre, pero toda la paz y tranquilidad que sentía hace tan solo unos minutos me es arrebatada.

—Lamento molestar señorita Mitchell...

—¿Acaso no fui especifica Lisa? —la interrumpo y riño con desagrado

—Claro que lo ha sido, pero...

—¿Entonces porque me molestas? —interrumpo nuevamente

—Es algo importante, de no ser así no estaría molestándola —esta se queda callada al levantar mi mano en señal de que calle. Me quito los lentes de sol y extiendo mi mano para que me entregue mi teléfono y Tablet. Al tenerlos en mi mano ingreso cada una de las contraseñas para iniciar los dispositivos, al momento me indica que tengo una video llamada entrante de Alex.

—¿Hace cuanto tiempo has llegado? —pregunto animada al ver el distintivo ambiente de Mónaco —. Creí que ibas a notificarme cuando aterrizaras —enarco una ceja al no obtener más que silencio de su parte.

—No hay tiempo ya, es demasiado tarde —su confesión me toma por sorpresa. Arrugo el ceño, confundida —no se como ha sucedido, pero lo siento mucho amor.

—Alex, ¿Qué es lo que esta sucediendo? No estoy entendiendo nada —me detengo en seco, cuando veo a mi padre entrar a toda prisa. Decir que esta pálido es un alago, ¡El hombre no tiene color! Verlo así solo hace que mis sentidos se pongan aún más alertas —¿Pero que le pasa a todo el mundo? ¡Necesito una explicación exasperada! —grito exasperada.