No sabes cuanto amaría el tener la certeza que todas las palabras de amor que me confesaste eran sinceras, que una parte de ti sinceramente creía todo lo que me decías. En ocasiones podía sentir la certeza de tus palabras y sentimientos, pero en ocasiones en tu mirada podías reflejar la falsedad en ti.
¿Cuántos te amo serían necesarios para sincerarte? Porque sin importar cuanto lo mencionaras había cierta mentira dentro de la verdad de tu confesión. Estaba segura de que sentías un amor por mí, pero no de la forma en la que yo quería, nuestro amor no podía llegar a más. Incluso en ocasiones podría jurar que si nuestros padres no hubieran decidido comprometernos desde niños ninguno de los dos habría pensado si quiera en comprometerse el uno con el otro.
Me considero una persona con buena memoria y en estos casos es un castigo, suelo recordar miles de veces los momentos que pasamos juntos y todas las palabras y declaraciones que hacías. Cada una de ellas vivirán siempre en mi mente y en mi corazón, las voy a atesorar por toda la eternidad.
Era un martes por la mañana, las pesadillas habían decido aparecer en vida y por consiguiente había sido una noche larga. Despertaste al escucharme llorar e implorar que no me hicieran daño, o al menos eso fue lo que escuchaste o creíste escuchar. Nunca preguntaste nada, te mantenías en silencio escuchándome llorar una y otra vez.
Después de estar en silencio por varios minutos, decidí hacerte una pregunta que no dejaba de rondar por mi cabeza una y otra vez.
—¿Tu me amas? —pregunta jugando con tu mano. De inmediato detuviste tus caricias.
Tu silencio fue aterrador para mí, tenía miedo de escuchar tu respuesta, porque no sabía si estaba preparada para escucharla.
—Lo hago.
—¿Por qué me amas? ¿Por qué sigues conmigo después de todo? —me reincorporé observándote detalladamente.
Nuevamente silencio.
Expresión seria y pensando tu respuesta para no lastimarme.
Tomaste mi mano entre la tuya y jalaste de mi cuerpo para reducir la distancia sobre nosotros. Termine sobre ti, tome tu cara y te besé.
Pretendía transmitirte en ese beso todo lo que sentía por ti o lo que creía sentir.
—Al parecer la señorita Liana Marie Mitchell Watts, duda sobre las razones por las cuales continuo mi relación con ella.
—No me llames por mi nombre completo —alegue.
—No me interrumpa señorita —colocaste un dedo sobre mis labios.
Asentí en silencio.
—Bueno, le expresaré las razones por las cuales sigo junto a usted mi bella dama y porque te amo con locura.
<<Amo con locura>>
Mi corazón se contrajo y quise morir en ese instante.
—No desconfié de mí, al declararle que son muchas razones por las cuales es la dueña de mi corazón, probablemente mi declaración sea extensa e incluso aburrida. Pero no me interesa ya que sus intenciones han sido escucharme y conocer mis razones. Espero expresarme de la mejor forma y crea en mis palabras.
>>Permítame iniciar esta declaración comentándole que es la persona más tierna que he conocido en esta vida, con su ternura puede enamorar a cualquier simple mortal que se le cruce por enfrente —acomodaste un mechón de cabello detrás de mi oreja —pero lo mejor de todo es su lado sexy. Por no mencionar la combinación que ambos causan en mi cuerpo, verla sonrojada debajo de mí, mientras la proclamo mía jamás tendrá comparación alguna. ¿Cómo podría dejar eso?
ESTÁS LEYENDO
¿Qué pensaste que sería de mí? +18 COMPLETA {Cazadores 1}
Mystery / ThrillerSelfish, égoïste, εγωιστικός, önző, selvopptatt o egoísta. La misma acción en distintos idiomas y algo que todos compartimos. Muchas veces la única forma de sobrevivir es siendo egoísta. Cuando inicie a planear que es lo que quería para mi vida jamá...