ᴍᴀʟᴀs ɪᴍᴘʀᴇsɪᴏɴᴇs // 𝐊𝐞𝐧 𝐑𝐲𝐮𝐠𝐮𝐣𝐢 𝐱 𝐎𝐜 //

Capítulo 6

| Tokyo 卍 Manji |

-¿estás lista? -preguntó viendo que no necesitara nada antes de ir, yo asentí.

Draken estaba vestido con un traje negro totalmente, un cinturón color blanco al igual que sus botas y uno que otro diseño en variadas partes de su traje, no se veía mal, al contrario, se veía... como alguien importante, y no quiero decir que no lo sea, me refiero en un sentido general, si es el vicepresidente de aquella pandilla entonces se notaba a kilómetros.

Ambos salimos de su departamento, caminamos hacia los estacionamientos que estaban al aire libre dentro del mismo lugar, allí avanzamos hasta una motocicleta negra, era bastante llamativa, jamás me había subido a una.

-ah... jamás me eh subido a una. -le confesé cuando el se subió.

-solo sube atrás mio y por ninguna razón me sueltes.

-b-bien. -Me iba a subir detrás suyo cuando de pronto vi como puso un casco en mi cabeza y lo ajustaba- ¿por qué? Tu eres el que conduce...

-en caso de un accidente esto te salvaría la vida. -habló terminando de colocarme el casco- de todas formas no lo uso. -rió por lo bajo.

-deberías... -le susurré a un volumen alto de que pudiera oírme mientras me subí detrás suyo e inmediatamente lo rodee con mis brazos, apegando mi cuerpo al suyo sin tanta fuerza.

Podía sentir las vibraciones de sus movimientos en mi cuerpo, cuando acomodo sus pies para poder encender la motocicleta, y al hacerlo, comenzó a retroceder para poder salir del estacionamiento, ni si quiera estaba andando rápido, pero aun así me aferré más fuerte a el sintiendo mi corazón ir algo rápido por el miedo, era mi primera vez en una motocicleta después de todo.

-no iré tan rápido ahora, pero después será divertido, créeme, afirmate. -habló alto y con algo de emoción.

-¡esta bien!

No tenía que pedirlo, yo ya me estaba afirmando de él fuertemente.

Pasamos por algunos semáforos, esto se sentía como andar en bicicleta, podía ver toda la calle de cemento pasar increíblemente rápido ante mis ojos, se sentía divertido y a la vez me daba algo de susto el hecho de pensar que podía resbalar y caer, o que doblara y nos fuéramos de lado, pensamientos extraños pero inevitables de pensar.

Nose cuanto tiempo había pasado, pero al ver las calles y el cielo oscuro con pocas estrellas viéndose a gran velocidad me causaba una calma enorme.

-¡tomaremos otra ruta!

-¿¡qué!? -pregunté al no escucharlo por el viento.

-¡iremos por otra ruta! ¡afirmate!

Sin pensarlo me afirme más a el, ya que comenzó a ir con más velocidad, haciendo que el viendo se escuchara más fuerte y mi corazón se acelerara debido a la adrenalina.

De pronto pasamos por la entrada a la carretera, algo común, pero a medida que fuimos avanzando, me di cuenta de que jamás había estado en una carretera de noche, habían autos, pero muy pocos. Como si de magia se tratase doblamos por una ruta que desconocía totalmente, pero no me sentía asustada, me sentía segura con él.