A veces tenemos una mala impresión de la persona que más creemos conocer, pero no llegamos a comprenderlo si no hasta tiempo después.
Draken tuvo una mala impresión de Abril, pero Abril jamás una mala impresión de Draken; tal vez.
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• Esta hist...
-así que hoy es su cumpleaños... ¿no? -me preguntó Mitsuya mientras íbamos de camino a verla.
-si. -respondí casi de manera cortante.
-¿seguro que es una buena idea?
-no puedo faltar a su cumpleaños número 17.
Habían pasado pocos meses desde su partida... aún no podía aceptarlo, cuando vi como el camión de mudanza de sus padres se llevaba sus cosas y el cartel de "se vende" fue puesto en su departamento, la ira estuvo a punto de ganarme, ese lugar que daba tantos recuerdos simplemente se cortaba así, de la nada, como si los recuerdos con ella solo fueran fantasmas, llevo todo este tiempo aislado en mi departamento, no quiero salir, no puedo.
-estoy seguro que su fiesta de cumpleaños... -Mitsuya calló sus palabras rotas limpiando unas cuantas lágrimas.
No había notado hasta ahora lo mucho que le había afectado la partida de Abril.
El resto del camino fue silencioso, no había nada que decir ni nada porqué reír.
Al llegar al cementerio, Mitsuya y yo compramos unas cuantas flores para decorar un poco su tumba, aunque algo así... no le quita lo deprimente, no puedo verlo como algo feliz.
Al buscar entre las tumbas, pude ver a sus padres allí, ambos vestidos con su traje de trabajo y hablando, mi ceño se frunció y le pasé las flores a Mitsuya para ir hacía ellos.
-Draken. -intentó llamarme.
-¿qué hacen ustedes aquí? -dije una vez llegué, ambos voltearon a verme.
-¿quién eres? -preguntó su madre en un tono delicado, mientras su padre guardaba silencio.
-el novio de su hija... y creo que ustedes no tienen ningún derecho para estar acá. -ambos guardaron silencio, su madre limpió sus lágrimas- ¿por qué está llorando? Toda su vida se encargaron de hacerle pensar que era un objeto, abandonandola de un día para otro.
-no teníamos idea de que-
-¡callese! -Mitsuya a mi lado no decía nada- váyanse de aquí... no merecen ser llamados padres. -ambos agacharon la mirada- váyanse. -repetí está vez en un tono amenazador.
Ambas personas se retiraron del lugar, y una vez se alejaron y vi la tumba de Abril, un intenso dolor se formó en mi pecho, caí al suelo.
-Draken... -susurró Mitsuya.
-¿por qué tuvo que pasarle esto? Ugh... -mis ojos se cristalizaron dejando caer mis lágrimas nuevamente, llegaba a arder de tanto que había llorado.
Todo se deshizo en ese ambiente en donde solo mis sollozos eran escuchados.
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-me alegra verte bien, Draken. -habló Mitsuya en el mismo lugar que habíamos visitado hace 12 años.
-no habría podido hacerlo solo. -sonreí- no la he olvidado para nada... aún tengo su rostro y voz grabada en mi cabeza... tenía miedo de olvidar eso. -susurré lo último.
-fue difícil... pero... es bueno saber que todos pudimos reconstruir nuestras vidas. Mikey es feliz cuidando a su sobrino. -rió.
-claro que lo es, no se despega de nuestra casa. -reímos Mitsuya y yo- me siento aliviado, Mitsuya... no tengo ese nudo en mi garganta, lloré, me deprimí y me estanque mucho tiempo... me alegra recordarla con felicidad y no con tristeza, me alegra que mi vida haya vuelto a ser feliz. -hablé mirando al cielo.
-es difícil ser feliz... pero más difícil es superar de quien dependes de esa felicidad. No podré entender jamás tu dolor, Draken... pero si puedo decir con orgullo cuanto te admiro.
Ambos sonreímos, dejé las flores en la tumba de Abril y nos retiramos lentamente del lugar.
-¿quieres ir a cenar hoy? Emma va a preparar algo ya que Mikey también viene.
-me gustaría, déjame avisar a...
Realmente me siento feliz.
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