ᴍᴀʟᴀs ɪᴍᴘʀᴇsɪᴏɴᴇs // 𝐊𝐞𝐧 𝐑𝐲𝐮𝐠𝐮𝐣𝐢 𝐱 𝐎𝐜 //

Capítulo 19

| Una noche especial |

El día en que vería a Draken había llegado, hoy tenía clases ya que era día jueves, por lo cual me pasaría a su casa una vez terminara de ir a la escuela y arreglarme al llegar a casa, le había dejado un mensaje avisándole, él estaría en su casa todo el día, después de todo a causa de su herida en recuperación podía faltar a clases por un tiempo, aun que según él eso le aburría más.

Ya con mi uniforme listo, fui a clases esperando emocionada a que el día pasara rápido, pero claramente paso lento, a veces el tiempo puede traicionarte.

Al llegar a clases estaba algo aburrida, no ubo nada interesante que hacer y en los recreos siempre estaba sola, aún que en parte eso me agradaba, así me evitaba aquellas personas que podían traicionarte o que solo te hablaban para poder sacar algo de chisme y contárselo a medio mundo, por suerte Hina y Emma no eran así, ellas eran mis amigas pensándolo bien, ellas, Mikey, Mitsuya a pesar de no haber hablado tanto... sonreí por todo lo bueno que había traído Draken a mi vida recordando por unos segundos nuestro beso, la verdad es que no fue el primero, pero si el más hermoso y bello que pude haber tenido.

Luego de clases había decidido ir a comprarle algo de comer a Draken ahora que finalmente no estaba en el hospital, compraría unas donas ya que sabía que le gustaban junto con dos trozos de pastel de chocolate en aquella confiable cafetería, después de todo la herida había sido en su pecho, así que podía comer con normalidad.

-muchas gracias. -recibí el pedido.

Me lo habían entregado en dos bolsitas diferentes, cuando llegué a casa sacaría todos los cuadernos de mi mochila y guardaría todo allí.

Seguí con mi camino, con algo de prisa y emoción a pesar de no ser la primera vez que nos juntábamos, pero me emocionaba saber que estaba recuperado y bien nuevamente, en especial por lo que le llevaba de comer.

Al llegar a casa metí todo al refrigerador y le envié un mensaje a Draken de que en unos minutos llegaría, luego de eso me metí a la ducha para luego una vez lista secar mi cabello y colocarme algo de ropa cómoda y simple.

Cuando terminé de arreglarme, saqué la comida del refrigerador y con cuidado acomodé todo dentro de mi mochila, luego me la coloqué y finalmente salí de casa con una sonrisa pegada en el rostro, había cerrado bien la puerta y apagado todo tal y como me habían enseñado mis padres siempre que íbamos de compras.

Una vez llegué a su departamento golpee un par de veces la puerta, Draken la abrió y le sonreí.

-hola. -saludé feliz.

-pasa. -me sonrió de vuelta mientras se apartaba de la entrada.

-¡traje algo! -le dije mientras iba hacía la mesa que tenía en el suelo y me sentaba de rodillas.

-¿ah, si? -se acercó sentandose también- ¿y qué es?

-no es necesario comerlo ahora pero... -saqué las bolsitas y él las reviso- pensé que querrías algo diferente a la sopa del hospital.

-¡mierda que delicioso! no debiste haberte molestado. -me miró con emoción.

-bueno... tu has hecho mucho por mi, es lo mínimo. -dejé mi mochila que solo llevaba mi poleron por si llegaba a hacer frío más tarde a un lado apegada a la pared.

-traere algo de tomar, los pasteles los dejamos para cenar si te parece bien. -caminó hacia el refrigerador para dejarlos allí antes de que se derritieran o algo por el estilo.

-por mi no hay problema. -repartí las donas de cada uno, Draken volvió con algo de soda para ambos- ¡gracias! -la recibí con gusto.

Él mordió una de sus donas y sonrió.