Tres: Debí Prestar Más Atención

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Iba caminando por el pasillo, rumbo a la cafetería. Había pasado una semana desde que empecé la universidad y, a pesar de tener contacto frecuente con Michael, no pasábamos todo el tiempo juntos.

Sí, somos mejores amigos, pero también mundos a parte. Él es extrovertido y no se puede quedar en un sólo lugar, va de aquí hacia allá y habla con todos... y bueno, a mí parecer, yo soy la persona más antisocial de la universidad entera.

Entro a la cafetería y veo a Maddie, juraría que me quedé embelesado por un momento. Se estaba aplicando perfume, y entonces mi emoción bajó un poco y fue empañada por la tristeza. Oh, mamá...

Mi distracción fue tal que, la carta que le había redactado a mi madre el día anterior cayó al suelo, donde Baker la tomó antes de que yo pudiera hacerlo y una sonrisa cínica se formó en su rostro.

—Pero miren lo que tenemos aquí...— Dijo, la maldad impregnando sus palabras. No supe que hacer en aquel momento, ¿corro? ¿me quedo? ¿lo enfrento? No, no puedo enfrentarlo... ¿o sí? Dios, ayuda. La va a leer, Maddie se va a dar cuenta de lo que siento por ella y pensará que soy un estúpido. No me hablará más nunca.

—Baker, entrégame eso.— Dije en un momento de valentía, y él no hizo más que reír.

—Sí, claro. ¡Atención todos!— Exclamó, haciendo que todos dejaran lo que estaban haciendo para ver al castaño muchacho. Yo sudaba de los nervios. —Resulta que éste chico, Justin Bieber, ¡le escribe cartas a su mami!— Dijo como si aquello fuese un chiste y todos estallaron en carcajadas. —Deberías ir al jardín de infantes, donde perteneces, Bieber. Un chico universitario, no le escribiría cartas a su mami diciendo...— Alzó la hoja de papel en el aire, leyendo el contenido de la misma. Soltó una carcajada en tanto lo vió, vi a Maddie quien me miraba con tristeza. Esto es todo. —¡Que le gusta nada más y nada menos que Maddie Young!— Dijo finalmente, e hice mis mejores esfuerzos por mantener las lágrimas dentro de mis ojos mientras salía de aquella cafetería hacia las afueras de la universidad, sin estar consciente de mis alrededores.

Debí prestar más atención.

Sentí un gran dolor en mi costado y entonces caí en el duro pavimento, golpeándome la cabeza.

Después de ahí todo fue negro.

[...]

Desperté en un hospital, lo pude reconocer por las paredes blancas, el sonido de los aparatos que controlaban los latidos de mi corazón.

No estaba en uno de estos desde que mi madre murió de cáncer.

Vi instintivamente a un lado de la habitación y mi corazón se congeló. Ahí estaba ella... Dios. Parecía emanar un brillo y una energía hermosa, sonreía y vestía de blanco. Intenté levantarme para abrazarla pero un dolor de cabeza agudo me lo impidió. Cuando volví a abrir los ojos, ella ya no estaba. Empecé a llorar.

Había sido un espejismo o una ilusión, quizás.

Juro que si pudiera levantarme de aquí y golpear mi cabeza las veces necesarias para morir e ir con ella, lo haría.

—Oh, haz despertado.— Dijo la enfermera de unos cuarenta años al entrar. Tenía una sonrisa pacífica en su rostro.

—¿Qué me ha pasado?

—Te han atropellado, y has sufrido una leve contusión en la cabeza debido al impacto de tu cabeza con el suelo.

—¿Es grave?

—No lo es, no te preocupes. Pero necesitas quedarte aquí un par de días antes de irte.

—Bien.

—¿Deseas algo?— Preguntó amablemente.

—Sí, deseo saber si alguien ha estado aquí antes...

—Bueno...— La enfermera frunció el ceño, tratando de recordar, quizás. —El doctor Bennett ha estado viniendo a chequearte, pero de resto, no ha venido más nadie. ¿Por?

—Nada, sólo... curiosidad.— Mentí. Al mismo tiempo, mi corazón se encogía. La visión de mi madre había sido un espejismo. —¿Donde está mi padre?

—En la sala de espera, ¿lo hago pasar?— Pensé en negarme, pero terminé asintiendo. Sabía que estaba preocupado y quería verme, pero yo no me sentía de ánimos para hablar con nadie.

Cuando entró, tuvimos esa charla del “no sabes el susto que me diste, casi te pierdo, no sabes cuanto te quiero” y era cierto, todo era cierto. Pero yo no me sentía con ganas de respirar en ese momento en el que todo iba tan mal en tantos niveles distintos...

Yo sólo quería irme y reunirme con mi madre.

Chanel → j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora