5. Anges En Silhouettes

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CAPÍTULO 5


EIDER.

Ese día había sido el más caótico que había tenido en la semana. Podría decir que todo fue muy extraño.

Aquellos ojos, el bosque, el chisme de Adelaide y Brenda.

Recordé nuevamente a Brenda, aquellas acciones extrañas que esta emitio en la cafetería, quedaron resonando en mi cabeza; rascaba su cuello, tocaba su nuca, miraba hacia la ventana.

Pero traté de no pensar nada extraño. Sentía que mi mente estaba en una montaña rusa, y que pedía un "Ya no mas. Quiero y debo bajarme." El aliento que estaba reteniendo, salio suavemente de mi boca, abandonando esta.

Observe nuevamente la pantalla de mi computadora.

──Anges en silhouettes.

Susurre lentamente, observando aquellas letras rojas y blancas de la página web. Di un click a una imagen en específico donde se encontraba Azael con un micrófono en mano. En aquella foto se veia demandante, como si fuera el rey del mundo, con su pierna izquierda flexionada y la otra estirada inclinado hacia la cámara cantando, llevaba una chaqueta con cadenas y el torso descubierto, y debajo, unos jeans ajustados de color negro con unas botas de cuero.

¿Acaso ese era el mismo chico que habia entablado conversacion conmigo aquel lunes?

Sus ojos grises observaban el lente de la cámara fijamente. ¿Por que me siento tan extraña al observarlo a sus ojos?

Aquella sensación, aquella emoción era tan palpable, tan vulnerable cuando tenía a ese chico en mi cabeza. ¿Cómo podía ser posible aquello? Ni siquiera conocía a ese muchacho. Desvié la mirada de aquellos ojos grises que se encontraban en mi computadora.

Observe las paredes blancas de mi dormitorio. Las sombras que se creaban en estas, gracias a la luz de la noche que se colaba por la ventana, eran aterradoras. La ventana al otro lado, estaba abierta de par en par haciendo que la cortina purpura, que a mama tanto le gustaba, danzara como una suave seda.

El día había pasado demasiado rápido. Me acerque hacia aquella ventana, y me pose en el borde de esta, dejando mis codos apoyados ahi. La brisa fría azotó mi rostro, y cerré mis ojos, disfrutando aquella agradable sensación de frescura.

¿Aun la recuerdas? Aquel momento sigue vagando en tu mente, ¿Por que lo sigues ocultando?

Dos pequeñas lagrimas salieron de mis ojos, mojando y cayendo sobre mi mejilla, sentí el frío congelarme la piel de allí.

No importaba cuanto quisiera despejarme, cerrar los ojos y disfrutar, siempre había algo que no me dejaba hacerlo, que me atormentaba día y noche. Respire hondo y volví a abrir los ojos. La luna estaba brillante, iluminando aquella negrura que tanto me aterraba desde pequeña.

──¿Por que no hay estrellas a su lado, mama? Se ve muy sola.

Sus dedos llegaron al final de mi cabello, desenredando las puntas de este.

──Ella no está sola, cariño.──Fruncí el ceño, confundida. Estaba de espaldas a ella, pero sabia que tenia aquella jovial sonrisa de todos los días.

──¿Entonces? ¿Dónde están las estrellas, mamá?

──Ella no solo se rodea de estrellas. ──Volvió a cepillar mi cabello corto.──Tu no lo ves, pero ella se rodea de otros planetas, Eider. Ella nunca está sola, tal vez tus ojos no vean las estrellas, pero estas le dan apoyo para que venga a este mundo oscuro, para que venga a compartir su bella luz.

Sombrío© ✔ (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora