36. Eider y su secreto

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CAPÍTULO 36

EIDER.

Hace cuatro años...

Fue que esta historia comenzó.

Hace cuatro años yo apenas tenía 14 años, iba a tercero de secundaria junto a mis dos amigas, pero... ¿y si te digo que en esta historia siempre fuimos cuatro amigas?

Daella, ese era el nombre de ella, un año mayor que todas nosotras.

-¿Han oído de ese chico nuevo que vino misteriosamente de Rusia? Esta para chuparse los dedos. -susurró ella. Su voz era melódica, delicada, como ella. Sus ojos verdes se movieron hacia todas las direcciones, llenos de asombro y emoción cuando nombró al muchacho.

-No entiendo tu interés al ver a un chico nuevo en el cole, solo es un chico, Dae. -Brenda giró sus ojos marrones, las pecas en su rostro se notaron muy bien gracias a la luz del sol. Su cabello rojo se veía más naranjezco, más cobrizo atado en esa coleta alta que mostraba sus dos aretes nuevos de lunas en sus orejas pequeñas.

Margarita se llevo una galleta de chocolate a la boca, abrió los ojos como platos, tragó la galleta sin masticar para llevar sus manos a la sudadera oscura de Brenda y allí acomodarle esta, la cual estaba doblada en una parte escondida de su espalda, enganchada en su sostén.

¿Cómo no se dió cuenta?

Brenda la observó sin entender nada y se encogió de hombros, sin darle tanta importancia a la acción de Margarita quien ahora acomodaba su falda rosa.

-Es que no es cualquier chico, es ese chico. ¿Lo entiendes? Es guapo, cuerpo atlético, cabello rojo, expresión despreocupada. Deben verlo, parece ese tipico bad boy de las pelis juveniles. -arrancó algunos pastitos verdes del suelo. Las cuatro nos encontrábamos sentadas en el gran patio de la escuela.

Observe mis nuevas vans mientras oia la descripción majestuosa que daba de ese chico. -¿Y cómo se llama? -la voz dulce de Margarita se llevó la atencion de la rubia enamorada.

-Se llama Alión Valerousse.

Brenda observó a Daella suspirar como si a esta le hubiera salido una tercera pierna en la cara.  -Su nombre es extraño. Parece que estas diciendo Alíen. -Daella giró sus ojos por las palabras de Brenda. Amarro su cabello largo y dorado en una coleta alta. Su colgante con una "D" delicada relucia en su pecho pronunciado gracias a la blusa escotada de color púrpura que llevaba.

-No importa si su nombre se oye así, de verdad lleva todas las de ganar conmigo. -dijo aquello con mucha arrogancia y era lo de esperarse; Daella era la popular del instituto, destacándose con su belleza simple y delicada.

Margarita rebusco otra galleta en el paquete antes de decir: -Es que siempre es lo mismo, Elli: -mientras que Brenda y yo le decíamos Dae, ella le decía Elli- endiosas a los muchachos y a las dos semanas te aburres de ellos. Harás lo mismo con este chico, además... -su mirada se perdió por una fracción de segundos- además no creo que sea tan apuesto como lo pintas.

-Es verdad, Dae. Tienes a muchos chicos a tus pies, ¿qué pasará cuándo él te rechace?

-No pasará, Eider. Ten por seguro que será de mi propiedad en menos de lo que canta un gallo. -habló rápidamente, como si mis palabras hubieran sido lo más horrible y despreciable del mundo.

Sombrío© ✔ (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora