1. Dos gotas de tinta en una hoja blanca

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CAPÍTULO 1

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CAPÍTULO 1

EIDER.

La niebla blanca recorría los grandes pinos verdes.
El lugar se veia triste y frío, tal vez era el momento y lo que llenaba mi corazón de recuerdos.

Respiré hondo y metí mis manos heladas en los bolsillos de mi chaqueta oscura.

Observé como algunas personas caminaban apresuradas hacia la entrada de Garden; no los podía juzgar, el clima era demasiado frío.

Recargue mi espalda en el umbral de los grandes muros que separaban a la escuela de los fríos pinos del bosque. Por el caminillo que se formaban entre estos árboles, pude ver personas llegando y abrazandose a si mismas, pero no vi a quienes esperaba.

Suspiré por onceava vez en la mañana porque mi paciencia lograba no ser la mejor de todas cuando de esperar se trataba. En realidad, mi paciencia había dejado mi ser hace mucho tiempo. Sin perder ni un minuto más, comencé a caminar hacia las grandes puertas de mármol que adornaba la entrada de la escuela.

──¡Eider!──me giré al oír mi nombre──¡Eider!

Una muchacha de cabello rubio trenzado en dos partes y una enorme sonrisa venía corriendo hacia mí. Sus ojos azules estaban abiertos de par en par, en ellos explotaba la alegría pura. Sus pecas y su piel pálida relucieron como la porcelana en el frío.

No se podia tratar de nada más ni nada menos que Margarett Allister, una de mis dos mejores amigas.

Le sonreí al verla con bufandas y guantes rosados. Llevaba una falda blanca y en su torso un abrigo enorme.

Era adorable. Su vestimenta lo era...

──Margarett...──le llame, casi sin terminar, ya que sus brazos lograron callarme al abrazarme con fuerza.

Senti el alma abandonar mi cuerpo por un instante.

──Te he echado mucho de menos.──chilló como una niña pequeña, rompiendo el abrazo que comenzaba a asfixiarme poco a poco.

Yo también te he echado mucho de menos, Margarett.

La voz dentro de mí mente sonó triste, y tal vez melancolía. Sólo había una razón: este era nuestro último año de instituto, y, obviamente, el nuestro; Margarett se iría a estudiar bellas artes a Hardvard el próximo año

No me di cuenta en el momento que me había adentrado a mi mente, hasta que volví a oír a mi amiga.

──¿Otra vez tarde, Brenda?──su tono dulce cambió radicalmente a uno rozando el enfado.

Y solo había un porqué de esto.

Enfoqué mis ojos en las negras botas de cuero que estaban de pie frente a mis tenis desgastados. Levante poco a poco los ojos hasta encontrarme con la rudeza en vida: Brenda Maicksten, chica de dieciocho años, rostro pálido y ojeroso, labios cargados de labial rojo sangre y un ondulado cabello rojo, este caía desprolijo por todos lados, cubriendo su chaqueta de cuero negra. Me observó con una ceja levantada y me sonrió ladina.

Sombrío© ✔ (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora