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—Bien Jimin, está es mi cocina ¡Bienvenido!... Vamos entra no seas tímido.

A pasos lentos caminé hacia dentro de la cocina de la mamá del señor Yoongi, era Bastante enorme, una gran mesa de madera estaba en medio, con más de 15 sillas alrededor, había un gran mueble donde supongo guardan la comida enlatada, y un gran refrigerador también, me dio curiosidad y trate de abrirlo pero la señora rápido puso su mano y me hizo un "No" con su dedo índice.

—No creo que quieras mirar adentro mi pequeño niño.

—¿Porque no? ¿Tiene algo malo?

La señora me sonrió y se inco, su mano derecha acarició mi mejilla y me dio un beso en la frente, suspiré pues sentí algo en mi corazón, algo cálido, fue como si mi propio corazoncito tratara de decirme algo, con ese beso que me dio sentí la calidez de una "Mamá".

—Eres un niño muy lindo, en verdad no entiendo que hacías tu solito en la carretera, enserio que corriste con suerte, si mi hijo no hubiera estado cerca de ahí, no se que hubiera pasado contigo.

—P-Pero yo no estaba solito señora.

—¿A no? ¿Entonces con quién estabas?

Me quedé callado, si le digo que me encontraba con mi kookie no me creería, además yo sé qué ella ya sabe que soy un "Humano" porqué la misma expresión que hizo el señor Yoongi al saber que no era cómo él la señora también lo hizo, y lo que más me preocupo es que el señor Yoongi haya dicho que en la aldea Jeon está prohibido la entrada a humanos, y esa aldea es de kookie, y yo soy un humano, ¿A casó me estarán engañando y solo lo hacen para tenerme aquí contra mi voluntad?

—Jimin ¿Pequeño? ¿Te sucede algo? —Negue. —Bueno entonces déjame prepararte algo de comer, toma asiento.

Mire la mesa y camine sentándome en las sillas, la mesa me quedaba algo grande pero por lo menos podía alcanzar a ver lo que la señora hacia, mis ojos se abrieron al ver una canasta llena de frutas, manzanitas rojas, plátanos, y muchas uvas, mi pancita sonó del hambre y por lo rico que se veía, la señora aún estaba distraída en busca de alguna cacerola o algo por el estilo, así que como pude me subí a la mesa y me acerqué a la canasta con mi manita trate de alcanzar una manzana pero otra mano la alcanzó antes que yo, mire hacia la dueña de la mano y un hombre bastante alto para mí, pálido, su cabello era de un color castaño obscuro, su piel pálida como la del señor Yoongi y sus ojos eran idénticos a los de él, se parecía bastante.

—Valla, ¿Que tenemos aquí? Un pequeño ladronzuelo de manzanitas ¿Eh?

—Amm... Y-Yo N-No soy un N-Ningun ladrón.

—Entonces ¿Porque querías llevarte una de mis manzanitas? Eso es robar chiquillo lindo.

Hice un puchero antes lo que me estaba diciendo ¡Yo no soy ningún ladrón! Eso es malo, y yo nunca le robaría a alguien, vi como empezó a reír de la nada y mordió la manzana que yo quería para comerla, empecé a limpiar mis lagrimitas y rápido una manzana fue a dar a mi manita.

—Toma, está, está más rica. —Mire la manzana y en efecto, estaba más grande y más bonita, dudoso lo tome y me baje rápido de la mesa volviendo a mi lugar. —Por cierto ¿Quien eres?

—M-Me llamo Jimin señor.

—Oh, ¿Y que estás haciendo aquí en mi hogar? ¿No me digas que vienes de la ciudad pobre y que mi madre te a recogido por lástima?... Porque si es así déjame decirte que no hay lugar en esta casa para ti, somos bastantes como para alimentar a otra boca más, pero si mi madre te tiene aquí por algo pues bueno... Creo que no te molestará conseguirte tu propia comida, conozco un bosque donde está lleno de liebres sueltos, son fáciles de cazar no batallaras nada.

Mi sangre fresca »Kookmin«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora