Mi sangre fresca »Kookmin«

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Corrí hacia dónde había dejado mi auto, subí rápidamente y lo encendí, pero un golpe en mi ventana hizo que saltara del susto, miré para ver quien había sido el causante de mi casi paro cardíaco, y ahí estaba, el chico vampiro líder Min Yoongi, baje el vidrio para poder ponerle atención.

—¿Necesitas algo? —Pregunte.

—No, realmente, solo quería agradecerle por la gran oportunidad que me dió, no sabe lo feliz que se pondrá mi madre al saber que pude aliar nuestro clan con la suya.

—No es nada, al contrario gracias a ti y a tu familia... Perdona por no quedarme más tiempo pero tengo prisa, pero si tienes alguna duda mañana con gusto las responderé.

Subí el vidrio, y rápidamente coloque mis gafas y manejé hasta la ciudad, necesitaba comprar comida, es lo que necesitó para alimentar a mi pequeño humano, pero ¿Que comida comprare? Además de agua, ¿Que es lo que come un pequeño niño? ¿Le gustará la fruta? ¿La verdura? No creo que sea un problema, el hambre es canija y se que cualquier cosa que le dé con gusto se lo comerá.

Estacione nuevamente mi auto donde lo había dejado el día anterior, lejos de la cercanía de estás pobres personas, el sol en este lado daba super fuerte, mi piel es sencible a los rayos del sol, así que me quite mi saco y me coloque una chamarra color verde, y un gorro color gris para taparme del sol, caminé hacia él lugar tratando de concentrarme y no dejar que mis instintos depredadores salgan a flote, pues el olor a sangre humana inundó mis fosas nasales, aunque admitire que su olor no es nada comparado al que suelta mi pequeño sangre fresca, ¡Joder! Si que el huele delicioso.

Pase por toda la gente que estaba ahí caminando, muchos me detenían a pedir dinero pero yo solo les negaba, no es que no tenga dinero, si tengo y muchísimo pero ni modo de darles un chequé, el único dinero en efectivo que tenía era lo necesario para comprar comida para el niño.

No tenía ni idea de que comprar, había muy poca comida, las verduras se encontraban podridas, la fruta ni se diga, los dueños de los puestos me convencían de que era verdura y fruta buena pero por el horrible olor que desprendían dudaba demasiado, seguí caminando, ya casi no había puestos, me desespere, mire mi reloj "2:30 de la tarde", de seguro mi pequeño a de estar ya muerto de hambre y de sed, no no podía permitirlo, no tuve otra opción más que marcarle a la única persona que puede ayudarme en estos casos.

—¿Bueno?

—Hoseok, soy yo Jungkook.

—¿Que pasa señor Jeon?

—Hoseok, no estoy en la oficina así que deja a un lado esa formalidad conmigo, necesito de tu ayuda.

—Valla Jungkook, me encanta cuando me dices eso, ¿Que clase de ayuda necesitas ahora?

—Bueno... Sabes, había reservado una mesa para está noche en un restaurante e invitarlos a cenar a ti y a Namjoon, ya que quiero platicar con ustedes sobre un tema algo complicada.

—¿Ahora que hiciste Jeon?

—No hice nada, bueno, si si hice pero para eso necesito hablar con ustedes, pero hasta en la noche, ahora quiero que porfavor me digas dónde compras las mejores verduras y frutas.

—¿Verduras y frutas? Jungkook a caso estás en la ciudad pobre?

—Asi es.

—Mierda Jungkook, ¿Que diablos estás haciendo ahí? ¿Y a esta hora? Sabes lo peligroso que es... Espero y vallas bien abrigado.