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Ser el hermano mayor tenía sus ventajas y desventajas. Una de las ventajas era que tenía más libertad y podía ir a cualquier parte ahora que era todo un adulto ahora la única desventaja era que sus responsabilidades eran más grandes de las que el algún día llegó a imaginarse. Estaba en su tercer año de universidad, le faltaba un poco para poder graduarse y para su padre era el momento de que asumiera responsabilidades dentro de la empresa.
Sus padres lo habían tenido joven o quizás no tanto, ellos tenían su edad cuando decidieron vivir juntos y así agrandar a su familia. Su padre a sus cuarenta y tres años de edad era capaz de todo, Soobin estaba seguro que en todas las oficinas de el edificio se murmuraba cada que su padre entraba y no era por menos, el señor Choi tenía tanta presencia que hacía temblar a cualquiera.
– Buenos días. — Saludó a una de las encargadas recibiendo una mirada de reproche por parte de su progenitor, ya había cometido el primer error.
– ¿Que fue lo primero que hablamos, Soobin? Llevas muchos años asistiendo a la empresa y sabes muy bien como se debe de tratar con los empleados o luego ellos...
– Creerán que tienen voz y voto cuando no es así. — terminó por completar el sermón de su padre el cual desde niño lo había escuchado.
– Aprende de tú hermano. — fué lo último que dijo mientras entraba a la oficina que de ahora en adelante sería utilizada por su hijo. — Ahora sí, bienvenido a tu despacho. Lo mandé a construir y a perfeccionar para tí.
Y no era mentira, la oficina estaba muy bien equipada, el escritorio, los estantes, el gran ventanal que dejaba una vista hermosa a la cuidad. Sin duda era lujosa y para los ojos de todos, merecedora.
No le había resultado difícil acostumbrarse a ella, había pasado casi dos meses trabajando, tanto que ya había tomado práctica, había aprendido cómo saludar y tratar con los empleados, no al mismo nivel que su padre pero había logrado infundir miedo en todos ellos.
Su oficina era atendida por dos empleadas de limpieza pero cuando entro ese día las ganas de despedir a todo el edificio se apoderaron de él. Las hojas estaban regadas por el suelo, cuando se agachó y tomó una quedó aún más confundido. En el reporte de el conteo de la semana había un arcoiris, muy mal pintado, por cierto.
¡¿Quien dibujaba en un edificio que era para gente refinada?!
Fui recogiendo hoja por hoja encontrándose más y más dibujos, que iban desde caricaturas hasta de comida animada. Un pequeño canto se hizo escuchar en la espaciosa oficina por lo que guardo silencio intentando encontrar de dónde venía.
La pequeña voz estaba cantando una canción infantil, lo sabía pues el cuando llegaba a lo que suponía era el coro unas palmadas se hacían presentes. Era un niño, tenía que serlo.
– ¡¿Que mierda estás haciendo?! — No iba a gritar pero al ver que era su título de su graduación lo que el niño estaba coloreando, su grito salió por impulso. No podía golpearlo pero si asustarlo pues el niño dejó de cantar poniéndose de pie comenzando a llorar.
El era demasiado joven y no tenía hijos para aguantar eso. Tomó al niño de un brazo escuchando al pequeño llorar con más fuerzas. La puerta de la oficina fue abierta por una de las empleadas.
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You Wanna Piece Of Me
FanfictionSoobin había conocido a Yeonjun desde que era un niño pequeño, su madre no había estado de acuerdo en que iniciara una relación con alguien que ya tenía un hijo no tan pequeño pero el estaba enamorado además... Ese niño no tenía la culpa de nada. La...