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Sabía que su esposa a veces era un poco dura con su hijo mayor y no lo hacía con mala intención, Soobin sabía que ella lo hacía para que su hijo fuera una persona correcta.

Cuando inició su relación con Sunhee era un muchacho inmaduro, el había tenido mucha culpa de que la relación entre ambos se tornara incómoda. Ya era un adulto, tenía la suficiente madurez para poder intentar solucionar las cosas con su hijastro y así ayudar a que la relación entre madre e hijo mejorara.

Yeonjun era un niño dulce, sin importar si Sunhee lo golpeaba o regañaba de forma injusta. El niño siempre mantenía una sonrisa, era buen estudiante, era atento. No entendía que había cambiado. En el último año todo había cambiado con su hijastro.

No sabía si el hecho de que su madre lo haya a obligado a decirle "Papá" a Soobin cambiaría las cosas pero por lo que estaba viendo... Parecía que era así.

Cuando Yeonjun subió a su habitación las cosas parecían que iban a ser como siempre, su madre junto a su esposo e hijos teniendo una noche pacífica y feliz como era de costumbre pero cuando escuchó los golpes a su puerta quedó aún más confundido.

– ¿Que sucede? — preguntó asombrado al ver al pie de su puerta al esposo de su madre. — ¿Mamá quiere algo?

– Quería hablar contigo, Yeonjun, ¿Puedo? — susurró no queriendo despertar a sus hijos menores.

– Prefiero que no, pero gracias por la dulce intención. — sonrío con ligero sarcasmo cerrando la puerta.

No entendía que era lo que quería hablar pero mientras más alejado se mantuviera de la familia de su mamá iba a estar mejor. Regresó a su cama pero la puerta volvió a ser tocada.

No sabía si era una trampa entre Soobin y su madre pero todo apuntaba a que iba a ser así. Se levantó refuñando volviendo a abrir la puerta.

– ¿Que? — preguntó hastiado.

– Quiero hablar contigo por las buenas, Yeonjun. — volvió a intentar. — Ahora déjame entrar. — Su hijastro se cruzó de brazos observando hacia el suelo. Era evidente que Yeonjun tenía el carácter de su madre. — ¿Te mueves?

– No lo quiero hacer pero ésta es tu casa, así que puedes hacer lo que tú quieras... Yo solo estoy de arrimado aquí. — se movió dejando pasar a Soobin. — No entiendo cuál es la maldita razón de preguntar.

– ¿Por qué usas ese lenguaje? — el no era el indicado para corregir al adolescente pero tampoco iba a permitir que lo utilizara. — Estoy hablando contigo de una forma educada, Yeonjun.

– Perdón por no ser como tus hijos o como tu esposa. — Quedó de pie recostando su espalda en la puerta.

– ¡Ya, Yeonjun! — ahora sí entendía lo que su esposa tenía que pasar a diario con su hijo mayor. — Toma asiento, ven... — golpeó la cama invitándolo a sentarse. — Sé que no soy tu papá, pero creciste conmigo, ¿No crees que debemos de tener una mejor relación?

Jamás había querido interferir en la manera de criar de Sunhee con Yeonjun pero ya era un adulto. El era padre de dos niños ya, no podía seguir actuando como un chico inmaduro. El también había pasado por la adolescencia y que mejor forma de arreglar su relación con su hijastro que creando un lazo amistoso. No iban a poder hacerlo familiar pero al menos podían tener una amistad.

– ¿Por qué te comportas de esa forma, Yeonjun?... No eras así, ¿Hay algún problema? — Colocó una mano en el hombro de el menor al verlo tomar asiento a su lado. — Eras un chico dulce y juguetón y se que aún lo eres... ¿Que está pasando, cariño?

You Wanna Piece Of MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora