𝐌꒰ 13

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— Es que yo lo mato, ¡No tenía ningún derecho en tratarte así!

— Si lo tenía, si nos ponemos a hacer cuentas, yo le debo muchísimo a Soobin.

— No, muy triste y todo puedes estar pero no voy a dejar que comiences a pensar que tú le debes. ¿Quién fué la que te llevó a la casa de él? Tú mamá, si hay culpables acá, tu mamá es la única.

Su mamá... Pero es que, aún así, no podía culpar a su madre cuando ella aún si se había enamorado no lo había abandonado, no podía pero tampoco iba a llevarle la contraria a su amigo quién amablemente le había ofrecido lugar en su casa.

— ¿Que voy a hacer con la escuela? No tengo cómo pagar la colegiatura.

La vivienda, de eso no se preocupaba pero tampoco podía vivir de gratis, la mamá de Beomgyu trabajaba todo el día para poder cubrir con los gastos para que ahora también tuviera que ayudarlo a él.

Su mamá tenía razón... A donde sea que él fuera, siempre sería una carga.

Habían pasado cuatro días ya desde lo que había sucedido, no se esperaba una llamada, mucho menos aquella presencia en su escuela.

¿Que estaba haciendo su mamá ahí? Ella jamás había ido a una charla y que el supiera, no habían citado a nadie.

— Mamá... ¿Que estás haciendo aquí?

Estaban en receso, no entendía aquello pero aún si preguntó, la mujer en ningún momento volteó a verlo, como si nunca hubiera dicho alguna palabra.

— ¿Mamá?

— ¿Que quieres ahora, Yeonjun?

Seguía molesta, era de suponerse, ¡Pero eso lo preocupaba aún más ahora! Su mamá molesta y en el colegio. El estaba muerto de terror.

— Saber por qué estás aquí, no me lo tomes a mal, es solo que nunca te había visto por aquí, al menos desde que salí de primaria.

— No vine por tí, vine a inscribir a mis hijos.

—  Sunoo todavía no estudia.

— ¡¿Y eso a tí que te importa?! La escuela es lo suficientemente grande para que estés aquí todavía.

El pequeño rayito de ilusión que había tenido luego de haber visto a su madre ahí se había desvanecido pero era entendible, su madre ya no pasaba tanto tiempo en la casa, en la escuela habían guarderías. No estaban en el mismo edificio pero si pertenecían a la misma institución.

— Te extrañé...

¿Por qué lo seguía intentando?

— Yo no, así que lárgate. Estaba bien mi tarde hasta que llegaste.

— Vámonos de acá. — el presentía que es lo que iba a pasar, lo sabía desde que vió a su amigo ponerse de pie luego de haber visto a la fémina. — Vámonos, Junnie.

You Wanna Piece Of MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora