𝐌꒰ 15

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— ¿A que estás jugando, Yeonjun? — tan rápido como había escuchado su respuesta lo había girado topandose al el menor con los ojos cerrados. — Ábrelos y me miras.

— ¿A que estoy jugando yo? Yo a ser un adolescente, explorando sus gustos, su sexualidad, lo que puede gustarle o lo que no. ¿Tú a qué estás jugando, Soobin?... ¿A ser un adolescente también? — el sabía que había alguien más ahí dentro y había acertado puesto que la luz de la habitación se había encendido. — ¿A dónde se fué tu madurez de la que tanto presumen tus padres?

— Madurez que tú jamás en tu vida tendrás.

— Por favor, Soobin. ¿Es en serio? Estás peleando con un niño inmaduro en plana madrugada. Creo que te conviene más saber cómo es que sacarás a tu amante de aquí.

La chica se estaba vistiendo por lo que Yeonjun había confirmado lo que sospechó. Su mirada se enfocó en el rostro de el más alto, su mirada y respiración era pesada. Si Soobin estaba molesto, era evidente que estaba haciendo un gran esfuerzo para no golpearlo ahí mismo.

— y por cierto, buena suerte explicándole a mamá ésta marca de aquí. — justo sobre el hombro había un evidente chupetón. Yeonjun tocó aquella marca con su índice ante sde reír. — ¿Ya me puedes soltar? Tengo que irme antes de que mi madre se dé cuenta que estoy aquí.... Aunque no sé si le va a desagradar más la idea de que esté tu amante bajo el mismo techo.

Quiso girar de vuelta, abriendo la puerta pero ésta fué cerrada de inmediato por Soobin.

— ¿Y ahora que?

— Por imbécil te dejo ir solo. Saldrás conmigo, hay que sacarla de aquí.

— ¿Acaso yo la metí?

— Que gracioso regresaste.

No contaba con la presencia de el menor en su hogar pero si bien no lo quería ahí, ahora tenía que ver cómo haría para que guardara el secreto con su madre o peor aún, con sus padres. Aunque conocía a Yeonjun, el chiquillo no era malo, solo estaba molesto, eso quería creer.

El adulto dentro de la habitación se apartó para poder tomar la camisa que llevaba puesta y así acercarse hasta la mujer y tomarla de un brazo.

— Voy a salir yo, llevábala hasta la puerta.

— Un por favor no estaría mal.

— Yeonjun.

No podía gritar pero la actitud de su hijastro no le estaba gustando para nada. Abrió la puerta de el despacho encontrándose con todas las luces apagadas, las únicas que se veían eran las de el exterior, o más bien las de el jardín.

Giró un par de veces para asegurarse de que el hijo de su esposa estuviera caminando detrás de él junto a su acompañante de noche por lo que se desvió hasta la cocina, utilizando la famosa entrada que su hijastro usaba.

— ¿Tu cómo sabes sobre la entrada de la cocina? 

— Es mi casa, que no la use como tú es diferente.

You Wanna Piece Of MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora