Lover | George Weasley

𝖙𝖜𝖊𝖓𝖙𝖞-𝖘𝖎𝖝

Dejé a Elsie en la escuela y a Leah con mi madre, luego me fui a trabajar. Traté de actuar como si todo estuviera bien, no me gustaba que mis colegas supieran todo lo que estaba sucediendo en mi vida.

Malcolm me estaba esperando cuando llegué a mi oficina. Estaba apoyado contra la pared junto a mi puerta, sosteniendo su chaqueta en su mano. Estaba mirando al aire. Parecía agotado de energía, como si no hubiera dormido durante cien años. Tenía los ojos inyectados en sangre y el rostro enrojecido.

"¿Qué estás haciendo aquí?"

Sus ojos se posaron en mí e inmediatamente se enderezó, empujándose lejos de la pared. No dijo nada al principio, simplemente me miró con sus ojos heridos mientras yo abría la puerta de mi oficina.

"Fui al ministerio". Dijo en voz baja, causando que me congelara por un momento antes de mirarlo. Ahora estaba apoyando su hombro contra la pared, mirándome. "Hablé con Shacklebolt".

"No hablas con Shacklebolt". Fruncí el ceño. "T-tú hablas con-"

"Pasó por delante justo cuando yo presentaba cargos" me interrumpió. "Se dio cuenta de lo serio que era y en su lugar hablé con él".

Empujé la puerta y le hice un gesto para que me siguiera al interior. Cerré la puerta detrás de nosotros antes de caminar alrededor de mi escritorio, colocando mi bolso encima mientras me sentaba en mi silla.

Malcom se quedó de pie, agarrándose con fuerza a su chaqueta.

"Lo siento mucho, Dahlia." lloró e instantáneamente levantó una mano, frotándose los ojos con el pulgar y el índice. "No sabía que estaba haciendo eso—"

Miré hacia el escritorio.

"Es mi culpa. Siempre le hice mirarlas para que yo pudiera beber. Terminó pasando más tiempo con ellas que yo. Usé alcohol y usé sexo y preferiría estar fuera que estar en casa con mis hijas. Lo siento."

Se acercó y tomó asiento en la silla frente a mi escritorio.

"No sé dónde está Jeremy. Nadie lo vio después de que huyó de la casa". él dijo. "Debería haberlo matado. No me importa una mierda que sea mi hermano."

Seguí mirando mi escritorio hasta que me arrojaron una pila de papeles. Miré a Malcolm, cuyos ojos se movían entre los papeles y los míos.

Luego recogí el montón y los miré.

"Firmé los papeles". él dijo. "Te vas a divorciar".

Lo miré de nuevo, completamente sorprendida. No esperaba que realmente los firmara. No cuando se había esforzado tanto al respecto.

Recorrí las páginas para encontrar su firma, pero mis ojos vieron una casilla familiar que solía estar desmarcada, pero ahora estaba marcada.

"¿Me estás dando la custodia total?"

Lo miré de nuevo para verlo asentir.

"Además, manutención del cónyuge".

"Pero tu dijiste-"

"Sé lo que dije". él suspiró. "Pero es necesario poder mantenerlas. Recibirás manutención de los hijos y del cónyuge".

Se puso de pie, empujando la silla hacia atrás mientras se ponía la chaqueta.

"¿Cuál es el truco?" Pregunté, haciendo que me mirara. "Este no eres tú— quieres lo que quieres y no te rindes".

Se pasó los dedos por el pelo.

"Todavía quiero verlas" él dijo. "Puedes tenerlos la mayor parte del tiempo. Estás más preparado para tomar decisiones sobre ellas. Eres mejor protegiéndolas. Solo quiero verlas cada dos fines de semana".