Lover | George Weasley

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"Mamá."

Mi madre no escuchó mientras miraba alrededor de mi oficina, sus ojos finalmente aterrizaron en George, quien ahora se había tapado con una manta.

"Mamá." Dije con severidad. "No puedes presentarte en mi trabajo".

Ella me ignoró mientras miraba a George.

"¿Y tú quién eres?"

George se aclaró la garganta mientras se sentaba con la espalda recta.

"George Weasley, señora."

Los ojos de mi madre se agrandaron antes de volverse para mirarme con una mirada acusadora.

"Dahlia, ¿qué te dije?"

Suspiré y envolví mis brazos alrededor de mí, sin tener idea de qué responder.

"Madre..." suspiré. "...¿puedes irte por favor? Estaba trabajando."

"¿Trabajando?" Ella rió. "Dudo mucho que estuvieras trabajando."

Ella miró a George y mientras yo lo miraba, él arqueó las cejas, ofreciéndome su ayuda, pero yo negué con la cabeza.

"¿Qué quieres?" Yo pregunté.

"No pasaste por Leah."

"Me cortaste."

"¿Dónde está Leah?"

Apreté mis labios juntos. No quise contestar. No quería que supiera dónde estaba Leah.

"Necesita una educación adecuada, Dahlia". Ella dijo. "Y si no quieres llevarla a una escuela adecuada, ella tendrá su educación conmigo".

"Ella es mi hija."

"Y estás haciendo un trabajo terrible criándola". Ella me dijo. "Debería haberla tomado tan pronto como decidiste dejar a Malcolm. Ella y Elsie no merecen ser criadas con una madre tan incompetente. Leah necesita una figura parental estable y necesita disciplina que obviamente no está recibiendo de ti. La última vez, se quitó los pantalones e incluso trató de quitarse el pañal para orinar en el suelo. Está actuando como un perro".

Apreté los dientes, deseando absolutamente matar a mi madre por incluso hablar así de mi hija.

"Ella tiene dos años."

"¡Y ella necesita disciplina!" Ella alzó la voz. "No tienes un sótano, pero yo sí..."

"¿Qué?" Pregunté, tragando saliva. "Por favor, dime que no has usado ese sótano como castigo para ella".

"Lo haces sonar como una prisión, Dahlia."

"¡Era una prisión!" Grité y noté que George se levantaba del sofá. "¡No tienes derecho a tratar de criar o disciplinar a mis hijos! Hiciste un trabajo terrible cuando yo era joven. ¡No necesito que le provoques ese tipo de daño a Leah!"

Pasé mi mano por mi cabello, tirando de él.

"Estás siendo dramática de nuevo, Dahlia."

"No." Me reí, negando con la cabeza. "No lo estoy. ¡Leah está aterrorizada por la oscuridad, mamá y tú la encerraste con como tú y papá hicieron con Nadine y yo! Probablemente también se lo hiciste a Henry, ¿no?"

"¿Henry ?" Ella rió. "¿Por qué demonios mencionas a Henry de repente?"

Oh...

Apreté los labios mientras miraba al suelo.

"Lo has visto, ¿no es así?" Ella preguntó. "¿Dónde está?"

"¿Por qué?" Pregunté y la miré. "¿Entonces puedes atormentarlo como me has estado atormentando durante los últimos veintiséis años?"